SOCIEDAD
romina y victoria, casadas por el rito judio

“La comunidad nos incorporó como familia”

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“¡Mazel Tov!”, gritaron Romina Charur y Victoria Escobar cuando, en mayo de este año, se convirtieron en la primera pareja gay en casarse en una sinagoga. El camino había sido largo: nacida en una familia judía conservadora, Charur formaba parte de Judíos Argentinos Gays (JAG) cuando conoció a Victoria, una católica no practicante de la que se enamoró en 2009. Pero cuando Escobar se convirtió al judaísmo, casarse se volvió central.
“Decidimos que queríamos un hogar judío, así que nos acercamos a la comunidad NCI-Emanu El. La rabina Karina Finkielsztein nos abrió las puertas y siempre nos hicieron sentir cómodas. Empezamos a estudiar la Torá y a trabajar para la aprobación del matrimonio”, explica Charur.
El matrimonio es una institución elemental para la colectividad. “El legado a los hijos es fundamental. Es por eso que uno forma un matrimonio judío: todos los ritos son en familia”, dice Finkielsztein, una de las primeras rabinas del país. “Cuando tenés hijos, te piden la ketubah –un documento nupcial– para inscribirlos en las instituciones”, agrega Charur.
“Es por esto que el debate sobre el matrimonio igualitario es permanente en las distintas ramas del judaísmo”, sostiene la rabina. El tema fue llevado a la Asamblea de la Comunidad NCI-Emanu El, que aceptó. “Es la comunidad la que tomó esta decisión. Cuando se ve que todos los socios aceptan que una familia se incorpore plenamente como tal, ésa es la verdadera victoria”, sostiene la pareja.
Gustavo Michanie y Marcelo Robles también se unieron bajo la jupá en octubre pasado. “La vida y la familia judía son muy importantes para quienes venimos de familias practicantes. Esta bendición tiene un valor espiritual fundamental”, dicen.