SOCIEDAD
EN EL PAIS DE LA TANGA

La estudiante brasileña acusada de "provocar" con minifalda, va a la universidad con custodia policial

Gelsy Arruda sigue concurriendo a la Universidad pero acompañada por seis policías. Vea el video

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| afp

Protestas hasta en el Congreso forzaron una universidad del interior del país a reintegrar a una estudiante expulsada por haber llevado una minifalda, un asunto que mostró que, en este país conocido por sus tangas, la sociedad está todavía muy dividida sobre la libertad de costumbres. El asunto comenzó el 22 de octubre cuando Geisy Arruda, una estudiante de turismo de 20 años de la universidad privada Bandeirante, en Sao Bernardo do Campo (región metropolitana, Estado de Sao Paulo), fue a cursos luciendo minifalda roja, provocando una manifestación hostil de centenas de estudiantes. Los estudiantes la persiguieron y le insultaron a los gritos de "íPuta, puta!".

La joven sólo pudo abandonar el centro de estudios con una túnica de un profesor y bajo una escolta de policías que llegó en su auxilio. El incidente, registrado en una región conservadora lejos de la gran libertad de vestimenta establecida en Rio, tomó dimensión nacional después de la difusión de las imágenes en internet y por la televisión. Este 6 de noviembre la universidad anunció la expulsión de la estudiante, alegando "falta de respeto flagrante de los principios éticos, de la dignidad académica y de la moralidad ". Esta decisión sólo avivó más la polémica. "Me sentí menos que nada", declaró el lunes Geisy, derramando lágrimas, durante una conferencia de prensa en Sao Paulo. "No quiero conversar de problemas. Quiero solamente estudiar y culminar mi año", añadió.

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El ministro brasileño para la Igualdad Racial, Edson dos Santos, declaró a la AFP el martes en Rio que "el hecho de manifestarse contra una minifalda fue absolutamente anacrónico e inaceptable". "Lo peor fue la decisión de la universidad de excluir a la joven", añadió dos Santos, que entonces acompañaba al Alto Comisario de la ONU para los derechos humanos, el sudafricano Navi Pillay, en la visita a una favela. Según Santos,"esto muestra que todavía mucho que hay que hacer para combatir el machismo y la sociedad patriarcal y más generalmente la discriminación y el racismo". Dos legisladores de izquierda pidieron que este asunto fuera debatido públicamente delante de la Comisión de Educación del Congreso.

El diputado Iván Valente (Partido Socialismo y Libertad, PSOL) declaró que "las escenas de furia y de delirio colectivo vistos en los pasillos de la universidad rozaban el fascismo ". Asociaciones feministas también denunciaron "la impunidad de los agresores". El lunes por la mañana en Brasilia, el Ministerio de la Educación ya había pedido explicaciones a la dirección de la universidad y el ministerio público federal abrió una investigación.

Ante esta tempestad, la universidad finalmente dio marcha atrás y anunció el lunes por la tarde el reintegro de la estudiante. "El incidente surgió en un bolsón conservador que no es la norma en Brasil. Pero no creo tampoco que toda la sociedad sea liberal", declaró la socióloga Miriam Abramovay al periódico Folha de Sao Paulo. "La sociedad permaneció machista mismo después de los progresos de los derechos de la mujer desde hace 40 años", añadió, para subrayar "que en Brasil, una mujer es golpeada cada quince segundos". Y en el país católico más grande del mundo, el aborto aún permanece prohibido legalmente, salvo en casos de violación.