SOCIEDAD

La historia de un pueblo al sur de Entre Ríos, aislado por la desidia

<p>Vecinos de <strong>Irazusta</strong> y sus alrededores, a la buena de Dios. Acusaciones al Gobierno de <strong>Urribarri</strong>. <strong>Video</strong>.</p>

Los usuarios de la ruta 51 tomaron fotografías en las últimas semanas de su estado actual.
| urdi24.com.ar

Nunca se imaginaron que para no quedar aislados del resto de la provincia de Entre Ríos, deberían verse forzados a usar una dresina, más conocida como "zorra". Montada sobre las viejas vías ferroviarias, la antigua máquina rodada sobre rieles ofrece la única vía de escape en casos de emergencia, como accidentes o partos, para los habitantes de localidades como Irazusta, en donde no cuentan con un hospital o clínica. El motivo de tan preciaria movilización es el deteriorado estado en el que se encuentra la ruta provincial 51.

"Es un camino de barro, no es una ruta", es lo primero que remarcaron a Perfil.com vecinos de los pueblos cuya única conexión rápida es la varias veces licitada ruta 51.

Otro de los testimonios refiere que la ruta, que une el sur de la provincia hacia el norte, es "un sendero con huellones de 50 centímetros de profundidad y barro, mucho barro". Comienza en Larroque y, a partir de ahí hay varios pueblos incomunicados, Irazusta, Colonia Stauber, Parera, hasta Urdinarrain.

"En estos pueblos no hay médicos, hospitales, farmacias, bancos y todo aquello indispensable para la vida en estos tiempos, los de Irazusta van a Larroque, a 13 kilómetros, por esos 13 kilómetros de la ruta 51 que son la línea de la vida o la muerte, no se puede pasar con nada", manifiestan desesperados los vecinos. "Hace poco un chico se cortó en una mano y en un tractor a paso de hombre apenas llegaron", dijo una vecina.

Los testimonios hablan de mujeres embarazadas con problemas para ser atendidas de emergencia, e incluso de líneas telefónicas que se cortan y las cuales no pueden ser arregladas de inmediato porque "Telecom no puede entrar a arreglarlos", y "tampoco les importa porque en Irazusta sólo hay 80 líneas".

Según las crónicas provinciales, el Gobierno de Sergio Urribarri ya inauguró en dos ocasiones las obras de pavimentación y se hicieron movimientos de tierra, lo que habrían provocado que con las lluvias se convirtiera la soñada ruta en un camino de barro imposible de sondear.

"Estamos complicados", dijo este martes el intendente Sergio Martínez al medio local entrerriano Acción al referirse a una nueva promesa de obras por parte de las autoridades provinciales. "Hay gente que necesita medicamentos, embarazadas, viajantes, y la única solución es 'la zorra' sobre las vías", explicó. "Instalamos tres o cuatro chatas de carga atrás para llevar a las personas y los animales", apuntó.

Para tener la información actualizada, en su versión oficial, sobre el estado de la ruta 51, Perfil.com se comunicó con el director de Vialidad Provincial de Entre Ríos, Jorge Rodríguez. "Se está trabajando, contra la lluvia no podemos hacer nada. Ayer hablé con la empresa, que estaba de licencia y me comunicaron que se retomaron los trabajos en febrero, siempre y cuando no llueva".

Cuando se le preguntó porqué se había anunciado varias veces su licitación y el comienzo de las obras, argumentó: "Es que hubo una complicación con el presupuesto. Iba a estar dentro del Programa de Servicios Agrícolas Provinciales (PROSAP). Había aceptado la obra, pero la plata del crédito no vino. Entonces decidimos hacerla con nuestro propio presupuesto". "El tramo en el que estamos trabajando de 15km va desde Urdinarrain hasta Parera. El tramo desde Parera hasta Larroque hay que licitarlo. Es una obra de tres años de ejecución completa, y vamos por el primero", remarcó.

Los primeros anuncios gubernamentales de obras datan de 2011. Desde entonces los vecinos reclaman y afirman que se les agota "la paciencia", dado que el "Impuesto Inmobiliario Rural, principalmente creado para arreglar los caminos, se paga desde siempre a rajatabla, esa es la bronca de la gente". "No fue ni el olvido, ni la desidia, ni la irresponsabilidad, ni es una promesa fácil, ésta como otras obras se cayeron pero ahora las vamos a hacer con recursos propios", remarcó Urribarri el año pasado ante una nueva protesta en Larroque. Y fundamentó por último: "Me duele que alguien diga que no se sabe por qué no se hizo esa obra, y se cayó porque cayó parte del mundo".

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