La marihuana tiene su propio Día Mundial desde el año 1971 y se lo debe a un grupo de estudiantes de un colegio secundario de California.
Los Waldos, tal como se identificaban a sí mismos, eran cinco chicos de San Rafael (California) que un día oyeron que una parcela con plantas de marihuana, cerca de Point Reyes Peninsula, estaba abandonada porque su dueño, un miembro de la Guardia Costera, no podía ocuparse más de ella.
Los chicos pensaron que tenían ante sus ojos la oportunidad de zambullirse en ese quintal abandonado de cannabis y fueron por él.
Acordaron reunirse todos los días a las 4:20 horas, a la salida del colegio, delante de la estatua de Louis Pasteur en San Rafael. Juntos irían a la parcela a fumar cannabis que, por entonces, estaba prohibido en el estado de California, igual que en otros sitios de Estados Unidos.
En el pueblo, comenzó a correr el rumor y hasta el día de hoy, el punto de encuentro, en frente de la institución educativa, se conoce como 420 Louis Pasteur Statue.
Tan pioneros como audaces, los Waldos lograron imponer su práctica e incluso aportaron al cannabis una denominación, “420”, que en realidad era una alarma para no llegar tarde a la hora de la cita.
De todos modos, en varios países, otros nombres informales se fueron sumando al de marihuana: yerba, weed, ganja, pot, grass, herb, Mary Jane, etc.
Los Waldos fueron absolutos precursores en el consumo público ya que el resto de la población respetuosa de la ley, tendría que esperar 47 años más para mostrarse con sus “porros”.
Fue recién en 2018, cuando el consumo de cannabis se permitió en todo California. Más específicamente, la ley de 2018 permitió a los mayores de 21 años cultivar hasta seis plantas en su casa, procesarla, regalarla e incluso transportar hasta 28 gramos de cannabis entre las pertenencias. Y para hacer cumplir la ley se creó incluso El Grupo Operativo de Cannabis de Los Ángeles (Lactf).
Fumar marihuana en cigarrillos (“porros”) es el consumo más habitual del cannabis, pero hay otras formas difundidas: en pipa de agua (bongs), mezclada con tabaco (blunt) o incluso como té.
La marihuana es una sustancia psicotrópica que se obtiene de la mezcla de hojas y flores secas de la planta de cáñamo índico (cannabis sativa), junto con sustancias aromáticas y azucaradas. El cannabis produce euforia y sensaciones alucinógenas.
El cannabis posee una sustancia psicoactiva denominada delta-9-tetrahidrocannabinol (THC). Esta sustancia se encuentra en la resina producida por las hojas y los brotes de la planta hembra de cannabis.
Contiene más de 500 sustancias químicas, incluyendo más de 100 compuestos que están relacionados químicamente con el THC, conocidas como cannabinoides.
Al consumir marihuana las sustancias químicas liberadas por la droga pasan de las vías respiratorias a la sangre, que las hace circular por el cuerpo, hasta el cerebro.
Entre los efectos más inmediatos que la marihuana provoca en el organismo se encuentran:
- Euforia
- Aumento de la percepción sensorial: por ejemplo, se ven los colores más brillantes, se agudiza el tacto y los sonidos se potencian
- Confusa percepción del tiempo
- Alteración de la conciencia
- Aumento del apetito
- Episodios de ansiedad y pánico, sobre todo en casos de consumo continuo, aunque en dosis reducida
El consumo de grandes dosis de cannabis provoca:
- Ataques de pánico y ansiedad; miedo injustificado y desconfianza hacia los demás.
- Psicosis aguda, delirio, problemas de identidad y autopercepción
- Trastornos psicóticos más duraderos, como esquizofrenia.
Si el cannabis se consume junto con comidas y bebidas, los efectos demoran entre 30 y 60 minutos en manifestarse, porque la droga pasa primero por el sistema digestivo.
Al ingerir marihuana, la cantidad de sustancias psicoactivas (THC) que ingresa al torrente sanguíneo es muy inferior que al fumar una cantidad equivalente de la planta. Esta sustancia puede permanecer en el organismo durante días o semanas, un lapso que depende de la cantidad que se haya consumido.
Cannabis medicinal
Además de la cuestión recreacional o de placer, que son aún motivo de controversia en muchos países y comunidades, el consumo de cannabis se fue difundiendo por sus propiedades curativas, que también son aceptadas por la medicina.
El cannabis medicinal se utiliza en forma terapéutica para tratar algunas enfermedades y síntomas. El destino medicinal atañe a las preparaciones o principios activos de la planta Cannabis Sativa, denominados cannabinoides (como el tetrahidrocannabiol o THC y el aceite cannabidiol CBD).
El cannabidiol contiene el 40% de los extractos de marihuana. Una de las formas de consumo más comunes es mezclada con alimentos comestibles, como brownies, bizcochos, golosinas, infusiones. Igualmente se consume con vaporizadores, cápsulas y aerosoles orales.
“El aceite de cannabidiol recetado se considera un medicamento anticonvulsivo eficaz. Sin embargo, se necesita más investigación para determinar otros beneficios y su seguridad”, difunde la famosa Clínica Mayo de Estados Unidos, desde su página web.
“Aunque el cannabidiol se estudia como tratamiento para una amplia gama de afecciones, como la enfermedad de Parkinson, la esquizofrenia, la diabetes, la esclerosis múltiple y la ansiedad, la investigación que respalda los beneficios del fármaco aún es limitada”, continúa Mayo Clinic.
A pesar de que en general se tolera bien, el aceite de cannabis habitualmente puede producir resecamiento en la boca, diarrea, pérdida de apetito, sueño, fatiga y puede interferir en el efecto de anticoagulantes.
La FDA de Estados Unidos detectó también que hay deslealtad comercial en algunos productos que en sus etiquetas anuncian componentes de cannabidiol: un análisis de 84 productos determinó que alrededor de 25 de ellos contenían menos cannabidiol que lo que promocionaba la marca. Además, FDA encontró THC en 18 productos.
Entre los principales beneficios del cannabis medicinal, se destacan los siguientes:
- Reduce la falta de apetito, las náuseas y los vómitos producidos por la quimioterapia en pacientes con cáncer.
- Para tratar el dolor y la rigidez muscular en pacientes con VIH/SIDA.
- Disminuye en un 85% la frecuencia de migrañas.
- Puede potenciar la eficacia de los medicamentos contra el cáncer.
Según la Organización Mundial de la Salud el uso del Cannabidiol (CBD) como marihuana medicinal funciona como paliativo para enfermedades crónicas y para pacientes con epilepsia, ya que reduce el dolor y la inflamación. Además no genera adicciones en los pacientes que la consumen en las cantidades indicadas por un médico.
