“Soy médica y hago abortos”. Así empezó su exposición en el Senado Stella Manzano, especialista en Tocoginecología y Medicina Legal, y médica del fallo F.A.L (ver aparte) que marcó un antecedente en el acceso a los abortos no punibles. “Soy una persona profundamente ética que hace abortos para salvar vidas de mujeres”, reforzó ante los senadores, ante quienes brindó información sobre la base de su experiencia como médica que hace ocho años practica abortos en Chubut, donde trabaja en el Hospital Zonal de Trelew.
Siempre se consideró feminista, aunque su militancia por los derechos de las mujeres llegó durante su formación. Cuando era estudiante de medicina, en Córdoba, vio cómo se le hizo un legrado sin anestesia a una mujer. Y escuchó a una médica decirle que la decisión fue del director del hospital, ante la sospecha de un aborto, “porque si no, todas iban a venir a que les terminaran el trabajo”, recuerda. La indignó tanto que decidió ir a hacer su residencia en Ginecología a Salta, donde trabajó en un hospital de Orán, y atendió casos que también la marcaron.
Partos a nenas de 15 años violadas; pero también abortos para salvar vidas de mujeres con riesgo de morir durante el parto o el embarazo. “Una mujer con cáncer de útero, diabética, enferma renal, está en todo su derecho de no continuar con un embarazo por el riesgo que implica. Hay casos en los que es mucho más peligroso un parto que un aborto”, dice. En 2007, ya instalada en Chubut, fue la representante de su provincia en las capacitaciones que hizo el Ministerio de Salud de la Nación para mejorar la calidad de atención de abortos y posabortos.
“Ahí entendí que no estaba ayudando a las mujeres. Empecé de forma gradual, primero dando información, luego en casos muy concretos, hasta que entendí que todas tienen derechos. En mi servicio no hacemos abortos clandestinos, jamás. No asesoramos fuera del hospital y quienes quieren seguir con su embarazo las fortalecemos en su decisión”, dice.
Tras el caso de la nena del fallo FAL, embarazada tras una violación y quien logró acceder a un aborto tras una orden de la Corte provincial, existe un protocolo de atención de abortos no punibles que se cumple, y la provincia compra misoprostol para las mujeres. Pero entiende que esa realidad no es la misma en todo el país.
Por eso, durante su exposición ante los senadores, criticó la objeción de conciencia institucional que promueven médicos de clínicas privadas, que “buscan construir un falso sentido común, haciendo creer que se trata de salvar vidas, cuando en realidad están sacrificando a las mujeres”, dice. Y explica que en países europeos con aborto legal, como Francia, Inglaterra, Noruega o Suecia, los profesionales de la salud no pueden ser objetores de conciencia, porque no los contratan.
De cara al debate del miércoles, critica las modificaciones que buscan introducir algunos legisladores. “Se plantean condenas de 10 a 15 para médicos si la mujer muriera habiendo hecho un aborto legal con su consentimiento, pero no dicen nada de los médicos que causen muertes negándoles el aborto. ¿Qué pasa cuando nenas de 9 o 10 años mueren en partos, y tenían todo el derecho a abortar? ¿Esos nombres no les preocupan?”, culmina.
El fallo F.A.L.
En 2010, en Chubut, una nena de 15 años violada por su padrastro peleó judicialmente por acceder a un aborto no punible que se le negaba. La Corte provincial le dio la razón. Manzano se lo practicó.
Tras el fallo, en Chubut se hizo un protocolo de atención y comenzó a comprar misoprostol.
Por ese caso, en 2012, la Corte Suprema reinterpretó el Código Penal cuando refiere a abortos no punibles, e instó al Ministerio de Salud a hacer protocolos.