El conflicto entre el Gobierno y el campo, la desigualdad social, la inequidad en la distribución de la riqueza son, según distintos especialistas, los principales motivos del aumento de la mortalidad infantil en 2007 que acaba de reconocer el Gobierno, aunque echándole la culpa al crudo invierno y a una epidemia de enfermedades respiratorias.
“Una cosa es el crecimiento macroeconómico que viene teniendo el país y otra muy distinta es lo que se está invirtiendo en salud. La salud pública en la Argentina es crítica, y como no hay inversión, por más crecimiento económico que haya, en algún momento iba a mostrar la hilacha”, explicó a Perfil.com el médico pediatra Hugo Sverdloff, miembro del Comité de Pediatría Social de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).
En el mismo sentido se pronunció Nora Schulman, directora ejecutiva del Comité Argentino de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (CASACIDN). “La mortalidad infantil crece por las profundas desigualdades que hay en el país, porque el crecimiento económico no se refleja en la vida de la gente. La brecha entre pobres y ricos es cada vez más grande”, aseveró Schulman.
Pero a esta problemática hay que añadirle un ingrediente nuevo este año: el largo conflicto que protagonizaron el Gobierno y el campo. Al menos así lo entiende Juan Carr, de Red Solidaria e integrante del Centro de Lucha contra el Hambre que lleva adelante la UBA. “La increíble disminución de la tasa de mortalidad infantil que venía registrándose se logró, precisamente, gracias a esos dos actores: el Gobierno nacional con sus políticas sociales, y el campo con la producción de alimentos y la generación de empleo. Pero el conflicto interminable complicó la economía, y eso se verá más claramente en números a fin de año”, opinó.
“Es cierto, el invierno pasado fue muy crudo, pero la bronquiolitis no mueve todos los números de mortalidad infantil. Esta es una discusión, además, que va muy por encima de las retenciones”, señaló Carr, en referencia a las declaraciones de la ministra de Salud, Graciela Ocaña.
Ocaña lamentó que no se aprobara el proyecto oficial sobre retenciones móviles por considerar que con esa plata se podría haber invertido en hospitales y evitar que la mortalidad infantil siga aumentando.
“Con o sin retenciones la situación es la misma, no tiene nada que ver, el país viene teniendo superávit hace mucho tiempo y sin embargo la distribución es inequitativa”, destacó, por su parte, Schulman.
En tanto, Sverdloff señaló que, si bien hubo epidemia de bronquilitis el año pasado, no fue mayor que la epidemia que se registró en 2005. “ Va mucho más allá de una epidemia, porque en un chico desnutrido cualquier enfermedad es grave y puede provocarle la muerte. Lo mismo sucede con la situación social de ese niño, porque puede estar internado en un hospital, curarse, pero luego vuelve a su casa en malas condiciones y a los cinco día vuelve al hospital”, aclaró el especialista.(*) redactora de Perfil.com