Anahí Garnica es una de las víctimas fatales del incendio en un depósito de archivos en Barracas. Con 27 años, estaba casada con un bombero del Cuartel La Boca y en 2003 se convirtió en la primera mujer bombero y subinspectora de la Policía Federal.
Ese año cumplió el sueño de seguir los pasos de su padre, como efectivo para incendios de la Federal. Garnica aseguraba que lo que más le gustaba "era "salvar vidas". En una entrevista que dio al diario Página/12 hace poco menos de un año, Garnica expresó: "Me gusta salir a incendios, ayudar a la gente, salvar sus vidas, sus objetos, sus mascotas".
Garnica terminó el colegio industrial donde cursó su secundaria y se recibió de Maestra mayor de Obras. Luego se inscribió en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) para estudiar Ingeniería Civil. En 2003, la Policía Federal decidió abrir sus puertas a las mujeres a modo de prueba. Ella aprovechó la chance.
En el medio, Garnica se casó con Gabriel, un bombero del Cuartel de La Boca con quien trabajaba en los incendios en la Reserva Ecológica de la Costanera Sur. Juntos tuvieron un hijo.
En ese momento ingresaron ella y otras cuatro mujeres en un curso que compartían con veinte varones. "No estaban seguros de que hubiera mujeres, pero querían probar", relató Garnica, en aquel reportaje a Página/12.
Después, en 2006, Garnica fue asignada al Cuartel 1º y se transformó en la primera bombera en un cuartel en la Policía Federal. La víctima de la tragedia de Barracas contó: "No había ni habitación ni baño para femeninos. Me designaron a la ‘habitación de alarma’, donde las mujeres atienden el teléfono.
Según narró, allí dormía los días de guardia. "Al año siguiente me hicieron una habitación para dormir durante las noches de guardia".
