SOCIEDAD

La salud de María Elena

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María Elena Bergoglio es la única hermana viva del ex cardenal que se convirtió en el primer papa argentino. Pese a que se llevan más de diez años de diferencia, su vínculo siempre fue muy cercano. El año pasado, luego de tanta exposición por el nombramiento papal, María sufrió una complicación en su salud. “No paraba un segundo. Tenía una agenda propia para hablar de mi tío en los medios. Era una locura. La llamaron de todos lados, a todo horario, y fue una revolución en sus sentimientos”, explica su hijo José y recuerda el momento en que los médicos le pidieron a María que se comprometiera con su salud. “Fue en septiembre del año pasado, la internamos por una descompensación y los médicos le pidieron que bajara el ritmo. Ahora está descansando y cumpliendo con sus cuidados. Se asustó mucho”, suma. Su adicción al tabaco tampoco colaboraba a sortear sus complicaciones pulmonares crónicas.
“Cada vez que habla con mi tío se pone contenta, se cuentan cosas y ella está muy bien. Si se entera de que voy a dar alguna nota, me pide que me fije lo que digo, pero le pido disculpas por no ser tan bueno contando anécdotas como ella”, dice entre risas.
En muchos de sus recuerdos se conjugan la fe y su familia. “Somos devotos de la Virgen de Luján,  mi mamá especialmente. Tenía una estatuilla que se iluminaban en la oscuridad, pero una de sus perras la destrozó. Otra vez, mi mamá en un superclásico de River-Boca, perdíamos 3 a 0 y ella miró a San José y le dijo que si River ganaba no fumaba por tres meses y al instante empezaron los goles”.