Dos jóvenes delincuentes roban un banco. Toman de rehenes a otros dos jóvenes con un arma que no funciona. Escapan en un auto. La policía los persigue. Chocan. Un delincuente huye. El otro tira el arma inútil y se rinde. Un policía se acerca al auto y dispara a quemarropa: mata al ladrón, pero también a uno de sus rehenes. Tiempo después, sus madres se unirían para hacer un mismo reclamo de Justicia.
No es un cuento de ficción, ni una película de acción. Es la historia de Mariano Witis y Darío Riquelme, ambos muertos el 21 de septiembre del año 2000, tras el asalto a una sucursal del Banco Itaú en Beccar, provincia de Buenos Aires.
Darío era el delincuente. Mariano un joven músico, que por esas cosas del destino pasaba por allí, donde se encontró con una vieja amiga y se pusieron a charlar. Riquelme y su compañero se cruzaron con los amigos y los usaron de escudos para entrar al banco, y luego para huir. La joven logró agacharse en el auto cuando se acercó el cabo de la bonaerense Rubén Emir Champonois apuntando con el arma. Mariano y Darío, no. No sirvieron las muestras de rendición que dio Riquelme, ni las explicaciones de Witis sobre su inocencia.
Ayer se cumplieron 10 años de aquel fatídico día, y la familia de Mariano Witis sigue pidiendo Justicia. Sucede que el cabo Champonois sólo fue condenado a 8 años de prisión en 2003, pero solamente por el asesinato de Mariano, porque el Tribunal Oral 3 de San isidro consideró que el homicidio de Riquelme fue en defensa propia. Los Witis apelaron la condena. Casación rechazó el pedido, pero ordenó que también se condenara al policía por la muerte de Riquelme, porque entendió que se lo había asesinado con saña. Los Witis volvieron a apelar. La Corte aceptó la apelación, y entendió que si a Riquelme se lo había asesinado con saña, a Witis también. Corría el año 2008, y se condenó nuevamente a Champonois a 12 años y 9 meses de prisión. Pero como para entonces el ex policía ya cumplía prisión condicional por la anterior condena, solamente le dieron detención domiciliaria.
Los familiares de Witis, sin embargo, no se rinden. Volvieron a apelar. Reclaman 20 años de prisión. Y realizan actos para recordarlo y pedir "memoria y justicia". Anoche, en la plaza 9 de Julio de Martínez, familiares, amigos y vecinos recordaron a Mariano en un anfiteatro que se bautizó con su nombre. "Música por la Justicia - Contra la violencia y la impunidad", rezaba la convocatoria. Hubo lágrimas; hubo textos leídos por Arturo Bonín; hubo conmovedoras palabras de los papás de Mariano; hubo el canto del Coro de Jóvenes de San Isidro (del que Mariano había sido miembro fundador); hubo un grupo de música del que Mariano había formado parte, junto a uno de sus hermanos. "El grupo se llamaba Mística. Ya no. Estas son las ruinas de Mística. Pero nos volvimos a juntar para tocar los temas que le gustaban a Mariano", dijo su hermano Fernando.
El acto comenzó a las 21, en medio de la congoja y el reclamo. "Por memoria y justicia", decía por micrófono una y otra vez el papá de Mariano. Y terminó en medio del sonido de los tambores de candombe, que Ariana, una prima de Mariano, acercó al lugar. Hubo baile también. Y de pronto el espectáculo se convirtió en una fiesta. En un bailar todos juntos. En un reclamo en conjunto.
