SOCIEDAD
secuestro y crimen en la matanza

Liberan a los cuatro policías que estaban presos por el caso del taxista

Lo decidió el juez federal Daniel Rafecas, poco después de reunirse con la ministra de Seguridad de la Nación y el jefe de la Federal. Sólo está detenido un menor de 16 años.

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Victima. Alberto Sarubbi tenía 63 años. Este jueves fue asesinado de dos disparos en La Matanza. | Cedoc Perfil
La causa que investiga el secuestro y posterior asesinato de Alberto Sarubbi, el taxista de 63 años que este jueves apareció muerto en un descampado de La Matanza (ver infografía), plantea una larga lista de interrogantes. ¿Por qué un grupo de policías desobedece la orden de un fiscal? ¿Por qué razón cortan el pago de un rescate en un secuestro que está en pleno proceso? ¿O por qué baja la plana mayor de la División Antisecuestros de la Federal en un caso de secuestro exprés? Cualquiera que sea la respuesta no servirá como consuelo a una familia que está destruida.

¿Por qué el juez Daniel Rafecas decide liberar tan rápido a los cuatro policías que intervinieron en el operativo, entre ellos el comisario Lionel Santos, a cargo de la División Central (ex Antisecuestros)? Para el Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich se trató de una decisión que “marca un claro concepto de dónde está el delito y dónde está la ley”. Antes de tomar una posición tan firme, la ministra en persona y el jefe de la Policía Federal, Néstor Roncaglia, se reunieron con Rafecas. Poco después enviaron un comunicado a la prensa manifestando “su apoyo” a la decisión de liberar a los efectivos. Para la cartera de Seguridad “los únicos responsables son los autores materiales del hecho, y quienes deben responder ante la Justicia”. No es así. Porque el accionar policial negligente, desobediente o abusivo también puede derivar en situaciones trágicas. Y eso también constituye un delito.
Fuentes judiciales indicaron que Bullrich y Roncaglia fueron a ponerse a disposición de la investigación e informaron que está interviniendo la División Asuntos Internos para esclarecer lo que sucedió.

Por lo pronto, tanto el comisario Santos como el subcomisario Pablo Gil, el inspector Bruno Mendoza y el subinspector Diego Stella –que serán indagados en la semana por el juez Rafecas– fueron pasados a “servicio pasivo”, una medida provisoria antes de reintegrarlos a la fuerza o aplicarles una sanción más fuerte.
¿Por qué hay dos causas? Una es la que investiga el secuestro extorsivo, por la que está detenido un menor de 16 años, y otra en la que se analiza la responsabilidad de los cuatro policías.  

Más por qués. ¿Por qué secuestrar a un taxista en su propio auto? Si bien se trata de una modalidad bastante habitual (se estima que ocurre un caso cada 29 horas en la Ciudad y el GBA), no es tan común que la víctima sea un taxista por distintas razones: tienen dinero en efectivo por los viajes, aunque no suelen manejar grandes sumas, y si se desvían mucho de su zona sus colegas pueden advertir que algo malo está sucediendo y dar aviso a la Policía.  

Por estas horas, la pregunta que más duele –sobre todo en el seno familiar– es por qué los captores deciden matar a la víctima. El asesinato pareciera estar conectado directamente con la intervención de la Policía en el pago del rescate, algo que no debe hacerse si eso significa poner en riesgo la vida del secuestrado. Desde la fuerza argumentan que actuaron al entender que corría peligro el hijo de la víctima.

Pero, ¿hubo un forcejeo o una amenaza como para entender que la vida de los hijos de la víctima estaba corriendo riesgo? Para Esteban y Emilio Sarubbi, hijos de la víctima y encargados de pagar el rescate, no. Ambos coincidieron en señalar que el cobrador se acercó y no sólo tomó los 3.330 dólares y 4.800 pesos que habían juntado, sino que introdujo medio cuerpo en el vehículo para robarles sus pertenencias. Le manoteó el celular y hasta le pidió también que le entregara un anillo. Después, salió corriendo y fue detenido a unos cien metros. El cobrador es el único detenido que tiene la causa: tiene 16 años. También declaró. Dijo que “no sabía nada del secuestro”. Y contó que estaba fumando un porro cuando lo llamaron para pedirle que pasara a buscar un dinero. “Me usaron”, aseguró.

El menor es la principal prueba que tienen los investigadores para dar con el resto de la banda. No creen en la versión del chico. Mientras tanto analizan las cámaras de seguridad  instaladas en la zona donde el taxista fue capturado. En el lugar donde fue ejecutado  (Barrio Villegas) sólo hay basura y autos incendiados, una postal de una de las zonas más calientes del Conurbano.

“Hay que investigar a fondo”
El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, consideró que el secuestro y crimen del taxista Alberto Sarubbi es un hecho “gravísimo” y que “hay que investigarlo a fondo”, aunque aclaró que “no hay una seguidilla de casos como este”.
“Que sea (un hecho) aislado o no, no deja de preocuparnos muchísimo. Una seguidilla de casos como este no hay, pero por más que sea un hecho aislado es gravísimo lo que ha pasado”, expresó Rodríguez Larreta en diálogo con radio La Red.
Y concluyó: “Hay que investigarlo a fondo, nos preocupa igual que sea uno o muchos”.
Larreta no se refirió al accionar de los policías, cuya labor está en la mira de la Justicia. No por complicidad con los autores sino por negligencia o desobediencia.
Una versión indicó que el desenlace podría estar relacionado con el  supuesto malestar por el traspaso de la Policía Federal a la Ciudad, algo que los investigadores negaron rotundamente.
Si bien el caso plantea varias dudas, una de ellas es por qué la plana mayor de la División Antisecuestros de la Federal (llamada ahora División Central) tomó intervención en un caso de menor trascendencia.
Algunos señalan que habría sido porque uno de los hijos de la víctima le pidió ayuda a una persona cercana al gobierno de Mauricio Macri, un dato que ayer nadie se animó a confirmar.