Mientras el ministro de Educación, Esteban Bullrich, y un grupo de asesores explicaban anoche los detalles del plan de obras a realizarse en las escuelas porteñas y analizaban con un poco de fastidio algunos reclamos de las agrupaciones, unos 25 estudiantes y siete padres debatían en el despacho del ministro si continuar con la toma de una veintena de escuelas porteñas o finalizar la protesta.
Una decisión que, de todos modos, deberá ser consensuada en una asamblea que se realizará hoy a las 14 en el Normal 4 de Caballito y podría terminar con casi tres semanas de ocupación en algunos colegios o inaugurar nuevas medidas de fuerza. A pesar del destino de las negociaciones, el Gobierno se mostró preocupado por la profunda politización del reclamo, que tuvo, para ellos, como rehenes a muchos alumnos.