La iglesia de San Ignacio de Loyola, en el barrio porteño de Montserrat, amaneció con destrozos, pintadas y graffitis realizados por cinco jóvenes que participaban de la toma del Colegio Nacional de Buenos Aires. La profanación no es el mayor problema que ha sufrido este templo: fundado hace más de tres siglos, pasó un incendio, una inundación y varias remodelaciones.
La primera iglesia porteña se erigió en 1608 en el terreno que actualmente ocupa la Plaza de Mayo. Dos años después, los jesuitas la rebautizaron como San Ignacio de Loyola. En 1675 se mudó al solar actual, en la llamada Manzana de las Luces, delimitada por las calles Alsina, Bolívar, Moreno y Perú.
El edificio actual comenzó a construirse en 1712, aunque conservando partes de la construcción anterior. Este es el edificio más antiguo de la Ciudad de Buenos Aires que aún se conserva en pie. De esa época datan también los túneles, construídos por los jesuitas, que unían la Manzana de las Luces con la Catedral, el Cabildo y otros edificios importantes.
En San Ignacio de Loyola se celebró la reconquista tras las invasiones inglesas de 1806 y la inauguración de la Universidad de Buenos Aires de 1821. En 1830 comenzó a funcionar como parroquia y vio nacer el lindero Colegio Nacional de Buenos Aires, en 1863.
Pero el momento más dramático en la historia del templo vendría recién un siglo después: el 16 de junio de 1955 fue incendiado, como ocurrió en otros edificios porteños, por partidarios del presidente Juan Domingo Perón, en represalia por el sangriento bombardeo de la Plaza de Mayo ocurrido ese mismo día. Se quemaron imágenes originales, se saquearon objetos, y se perdieron varios registros y documentos históricos.
El edificio, declarado Monumento Histórico Nacional, quedó en jaque en 2002: una inundación copó los túneles subterráneos y dejó a la construcción en peligro de derrumbe. "Hubo un caño maestro tirando agua durante varios días a la calle Bolívar, el agua fue al vertedero y llegó a los túneles", detalló el profesor Miguel Brignani, coordinador general de la Comisión Nacional de la Manzana de las Luces.
Las obras de remodelación comenzaron en 2008, impulsadas por el párroco Francisco Baigorria y el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio. "El actual párroco tuvo esa misión, de ponerla en valor la iglesia, que había sufrido un deterorio grave en su fachada y en la estructura", contó Brignani en diálogo telefónico con Perfil.com.
"Se hizo primero todo un trabajo estructural sobre la bóveda, porque había cedido, tenía unas rajaduras importantes, los muros laterales también fueron consolidados", agregó. Las obras a cargo del arquitecto Eduardo Scagliotti y el ingeniero Jorge Fontán Balestra, entre otros, se completaron en 2012, con un costo de al menos 7 millones de pesos.
"Los túneles no son accesibles desde 2003, no se recorren, siempre estuvo cerrado", explicó el profesor. Los vándalos "sin duda tienen que haber violado las dos puertas de ingreso, no sé qué medida de seguridad tenían en este momento esa puerta", especuló Brignani, y concluyó: "Me gustaría expresar el más profundo repudio a la profanación del templo".