Los cuatriciclos en todas sus versiones fueron diseñados para ser utilizados en superficies blandas (tierra o arena) y en zonas pedregosas, nunca en caminos pavimentados (rutas, autopistas o calles), su uso es generalmente “para tipo deportivo, recreativo o agrario”. Pesan entre 180 y 250 kilos y pueden alcanzar una velocidad de hasta 140 kilómetros por hora, se tratan de vehículos peligrosos y difíciles de conducir.
Los modelos Kids son tan peligrosos como todos los demás, los padres se los compran a sus hijo para hacerlos sentir grandes e importantes... pero se olvidan de la bicicleta, hay padres que le enseñan a conducir un vehículo a motor a su hijo antes que se desarrolle el sistema matriz del niño... gatear, caminar, correr... andar en bicicleta... (un niño puede andar en bicicleta sin ruedas de apoyo entre los 5 y 7 años... y hay adultos que a los 6 le regalan un vehículo a motor). Si un menor accede a manejar un cuatriciclo es porque hay un adulto que se lo da. Más allá de esta imprudencia por parte de los adultos, hay una ausencia del Estado muy grande.
Los recaudos para el uso de estos vehículos son varios, pero el principal es de concepto... NO ES UN JUGUETE... y quien lo conduzca requiere una idoneidad de conducción mayor a la de una moto o auto. Es por eso que los menores no están capacitados para conducirlos, y quienes lo hacen deben llevar puesto los elementos de protección por posibles accidentes.
No se conocen cifras de accidentes con cuatriciclos (en general no se conocen estadísticas oficiales de accidentes viales con lo cual es muy difícil trabajar en la prevención y planificación) solo los que se hacen públicos en época de verano y sobre todo porque están involucrados menores de edad.
Este modelo de vehículo está diseñado para trasladarse en terrenos pedregosos y arenosos, no en la Ciudad ya que otorgan una falsa sensación de estabilidad en el pavimento, no deberían circular por la vía pública, pero en época de vacaciones y en localidades de la costa argentina, es muy frecuente ver que niños y adolescentes utilizan cuatriciclos para trasladarse solo por mera diversión (lo grave es que con el aval de sus padres... los mismos mayores que lamentablemente entran a los centros de salud llorando y pidiendo por la salud de sus hijos).
Estos vehículos no cuentan con el certificado LCM, (Licencia de Configuración del Modelo) otorgado por la Secretaría de Comercio Interior de la Nación, que acredita la existencia de las condiciones técnicas para la circulación (espejos, luces, cubiertas apropiadas, entre otros.); por esta razón, no pueden circular por la vía pública.
El concesionario que vende el cuatriciclo debe entregar la documentación correspondiente con una nota que alerta de la prohibición de circular en el marco de la Ley de Defensa al Consumidor 24.240.
Es tremendo que hoy tengamos que lamentar muertes y accidentes por el uso de este tipo de vehículos, y una vez más el Estado va detrás del problema y no de la prevención.