A dos meses del inicio de la guerra, la consternación impera en muchos israelíes que todavía esperan noticias de sus allegados que continúan cautivos en la Franja de Gaza. Entre la desazón y el dolor, los familiares de las víctimas del 7 de octubre se movilizan tanto en Israel como en otras partes del mundo con un mismo fin: pedir la liberación inmediata de todos los rehenes. Otros tantos se desplazan miles de kilómetros, entre ellos los familiares de los israelíes argentinos, que viajaron hasta Buenos Aires para contar sus historias.
"La emoción cambian en cada minuto. No habla nuestra mente sino nuestro corazón". Maurice Schnaider es el tío de Shiri Bibas, secuestrada junto a su familia en el kibutz Nir Oz, ubicado muy cerca del flanco sur de la Franja de Gaza. Schnaider, un peruano que emigró a Israel a los 14 años, relató una desgarradora escena que quedó en la retina de millones, cuando los milicianos de Hamas se llevaron a su sobrina mientras resguardaba a sus hijos Ariel, de cuatro años, y Kfir, de diez meses, con una manta contra su pecho.
"No puedo sacar de mi cabeza la imagen de Shiri con cara de terror, tratando de proteger a sus hijos de los terroristas que iban a secuestrarlos", contó Schnaider en una conferencia de prensa organizada en la Embajada de Israel, en pleno corazón porteño.
Sin tregua: se reanudaron los bombardeos en Medio Oriente
Maurice, cuya hermana -y madre de Shiri- fue asesinada por Hamas, detalló aquel fatídico día. Contó que al intentar llamar a su familia, lo atendió una voz en árabe, por lo que cortó y "bloqueó el número", por miedo a que lo fueran a buscar. También se mostró cauto respecto a las versiones fatales que circularon sobre su sobrina Shiri y los chicos. "El pariente más cercano es el que se informa primero. Nosotros no asumimos nada", dijo.
El testimonio de los familiares de los argentinos secuestrados por Hamas ocurrió tres días después de la tregua humanitaria en Gaza y el intercambio de 105 rehenes (israelíes y extranjeros) por cientos de prisioneros palestinos, en gran parte mujeres y menores de edad. Hubo cuatro argentinos liberados, entre ellos la madre, tía y prima de Guefen Ilan Sigal, nacida en el kibutz Nir Itzjak.
"Las recibimos con un gran abrazo. De a poco se recuperan de un gran trauma", apuntó la trabajadora social de 36 años. También contó detalles del cautiverio de sus familiares, quienes no fueron ajenas al bloqueo total de la Franja de Gaza y a la escasez de agua, alimentos y combustible que sufre la población civil. "Las tres estaban juntas. Tenían poca comida y también la cuestión higiénica, porque no podían ducharse sino cada dos semanas", relató.
Guefen, cuya familia está compuesta en su mayoría por inmigrantes argentinos, sumó que sus familiares "tuvieron pocos días" para asimilar todo lo que les pasó, porque ahora se unieron para pedir por la liberación de su tío Fernando Marman, y la pareja de su mamá, Luis Har, de quienes todavía no tienen noticias. En especial de Har, que padece una enfermedad crónica y no se sabe si está recibiendo el tratamiento adecuado.
A Maurice y Guefen los acompañaron otras tres personas que dieron sus testimonio. Chen y Mery Nisenbaum reclamaron por la liberación de Michel (60), un israelí de origen brasileño que padece diabetes y otra enfermedad crónica, que fue secuestrado en el kibutz Reim donde había ido a buscar a su nieta.
"No sabemos si está vivo, no tenemos nada. No es el mejor papá del mundo pero es mi papá. Mi hermana está por dar a luz y él tiene un nieto por conocer", afirmó Chen, la hija de Michel, quien no pudo contener la emoción al revivir la imagen de su papá.
Fue Maia Chmiel la que cerró la conferencia. Es la prima de Iair (45) y Etan (37) Horn, dos de los argentinos que fueron secuestrados en el kibutz Nir Oz, y viajó desde Tel Aviv a Buenos Aires para reforzar el pedido de los familiares israelíes. "Mi familia y yo podrán seguir viviendo, durmiendo y respirando una vez que regresen a casa", dijo.
El factor humano y la reunión con Javier Milei
Schnaider es uno de los cinco familiares que brindaron una conferencia de prensa a los medios argentinos. "Sufrimos porque somos seres humanos, y eso es normal", dijo, intentando mantener la compostura frente al llanto de otros familiares. Tanto que fue el más incisivo en el factor humano del conflicto, un tema que parece relegado frente al acto de deshumanización del otro que se vio desde la masacre de 1.100 israelíes en manos de Hamas hasta el asesinato masivo de decenas de miles de palestinos durante los bombardeos de la infraestructura civil en toda la Franja.
"Ningún civil tiene que ser parte de una guerra. Mucha gente está muriendo en Gaza y es gente que sufre. Nosotros sufrimos también", lamentó Schnaider. "Le rogamos al mundo que nos devuelvan a nuestros seres queridos", resaltó, con énfasis en el pequeño Kfir, el más joven de los 137 que siguen secuestrados.
En la víspera de las festividades Janucá y Navidad, el hombre dijo esperar un milagro. También le agradeció a Alberto Fernández por haber "ayudado mucho" a los israelíes argentinos que fueron víctimas de Hamas. "Apreciamos mucho lo que ha hecho", apuntó sobre el presidente, y aseguró que serán recibidos por su sucesor, el presidente electo Javier Milei, probablemente el sábado, en la previa a la asunción presidencial.
Tanto Maurice como Chen Nisenbaum coincidieron en que, más allá de los reclamos que algunos familiares hicieron contra el primer ministro Benjamin Netanyahu, "no importa la política", sino la unión para que les devuelvan a sus familiares. "Yo quiero que mi papá vuelva a casa. Quiero creer que él (Netanyahu) hace todo lo que puede", cerró Chen.
Fotos: Valentina Bustos
Gi