En los últimos tiempos, la factoría de Hollywood hizo no una, sino dos películas con argumento calcado y relacionado con amigos que traspasan las barreras y tienen sexo. Siempre con bellos y jóvenes protagonistas.
En una, Amigos con beneficios, Justin Timberlake y Mila Kunis son amigos que cansados de fracasar en el amor buscan tener relaciones “sin sentimientos”.
En otra, Amigos con derechos, Natalie Portman y Ashton Kutcher son amigos de toda la vida que tienen sexo una mañana “y casi logran arruinar todo”, según la sinopsis. Pero el amor es más fuerte, Hollywood más convencional, y todo deriva en amor con todas las reglas.
En Francia también recorrieron ese camino, pero de un modo más sofisticado, como corresponde a los galos. La película Una relación pornográfica cuenta la historia de dos personas que se citan sólo para tener sexo. La obra original es de Phillippe Blasband y en Buenos Aires este año se puso en cartel una versión teatral, con Cecilia Roth y Darío Grandinetti.
Es evidente que el tema está en el aire, pero de todos modos aún no está dicha la última palabra. Ni en la vida real ni en cuanto a las obras que lo reflejan.