La madrugada del 15 de julio de 2010, a pesar del frío, centenares de miles de personas se concentraron frente al Congreso para seguir minuto a minuto la votación de una ley que se convertiría en pionera en América Latina.
La ley 26.618 de Matrimonio Igualitario colocó a la Argentina entre los primeros diez países del mundo en reconocer el derecho pleno de la población LGBTI y permitió que, a partir de esos matrimonios, se constituyeran familias con los mismos derechos y obligaciones e igualdad de condiciones que las familias heterosexuales, incluida la adopción de niños, por caso.
A siete años de su sanción, según datos provistos por diferentes organizaciones sociales del colectivo gay, hasta principios de julio de este año unas 16.500 parejas contrajeron matrimonio en el país, lo que da un promedio de unos siete enlaces por día en los registros civiles de distintos puntos del país.
Además, las parejas igualitarias de distintos países del mundo comenzaron a venir al país para casarse en el país. La Ciudad de Buenos Aires fue pionera en casar parejas de extranjeros desde el año 2012. Los requisitos -igual que para las parejas heterosexuales- exigen permanecer al menos hasta cinco días en la ciudad o provincia elegida, presentar documentos y domicilios constatables y testigos, además de realizarse los análisis prenupciales obligatorios.
Documento. Para celebrar el aniversario de la ley, el Inadi anunció ayer que presentará un informe -accesible en su página en forma gratuita- que se propone reseñar y analizar los procesos tanto a nivel local como en todo el mundo de “los derechos relacionados a la diversidad sexual y de género dentro del paradigma de los derechos humanos”, con foco en el caso de la Argentina.
“El relato se detiene especialmente en las categorías, discursos y actores políticos que forman parte de estos avances con relación al reconocimiento de los derechos de la población de lesbianas, gays, trans, bisexuales e intersex”, dijo Claudio Presman, interventor del organismo, en la presentación.