SOCIEDAD
Encanto de generacin en generacin

Mercados de barrio, una tradición que resiste a morir

Los vecinos buscan calidad y trato humano. Mientras el de Caballito vive un esplendor gourmet, el gobierno porteño quiere desalojar el de Belgrano.

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Entrar a un mercado de barrio es como entrar a una Buenos Aires de otro tiempo, una ciudad que alguna vez existió, y que sólo permanece en espacios como estos, que conservan el encanto de la tradición, del trato personal y que se mueven en un letargo ancestral que no conoce la velocidad de la vida moderna.

En los mercados, el tiempo pasa lento. Como antes, los clientes conocen a los vendedores de toda la vida y charlan como si por unos minutos fueran entrañables amigos. Es que estos centros de compra son de otro tiempo, de cuando todavía no había shoppings y la mercadería era fresca, sin pasar largas temporadas congelada.

Los mercados fueron desapareciendo, pero todavía hay algunos que se mantienen. Está el de San Cristóbal, en Independencia y Entre Ríos, fundado en 1882; en la zona del centro, escondido entre el tumulto de Córdoba y Callao está el de San Nicolás; en Belgrano, ubicado en la esquina de Juramento y Ciudad de la Paz, se encuentra la Feria Modelo; en Primera Junta el del Progreso; y el de San Telmo, en el cruce de Bolívar y Carlos Calvo, que es el más turístico de todos.

Algunos mercados, como el del Centro y el de San Telmo son visitados sobre todo por extranjeros que recorren estos reductos como parte del paquete turístico. El Mercado del Progreso tuvo un resurgimiento estos últimos años gracias a los restaurantes que lo eligen porque saben que ahí consiguen los mejores productos, aunque deban pagar un poco más. Pero la Feria Modelo, de Belgrano, sufre una lenta decadencia, entre pocos negocios que todavía están abiertos, y su gran mayoría que permanece con las persianas amarillas cerradas, con las huellas del resplandor de otro tiempo.

Esplendor Gourmet. El Mercado del Progreso fue fundado en 1889 y muchos de los puestos se fueron pasando de generación en generación. El abuelo de Claudio Izzi fue uno de los primeros en montar el negocio, luego pasó a su padre y ahora él es que se hace cargo. “La gente compra acá porque sabe que encuentra la mejor calidad, prefiere pagar un poco más para obtener productos que afuera no va a conseguir”, comenta.

El programa Desafío Gourmet del canal de cable El Gourmet eligió el Mercado del Progreso para que los participantes realicen sus compras. “Decidimos utilizar el mercado porque tiene de todo y de buena calidad. Además como locación era perfecto por la estética del lugar”, aseguraron a Perfil.com desde la producción del ciclo.

La chef Juliana López May, conductora de "Naturalmente Juliana", afirmó en diálogo con Perfil.com que elige el Mercado del Progreso por “la variedad de los productos, la calidad, la estación de las frutas, y porque los puesteros cuidan mucho la higiene, el orden y cada detalle. No hay nada más lindo que elegir productos en excelente estado, y tener ese trato tan humano. Es un poco más caro, pero la diferencia es mínima y lo vale”.

Además de conocidos chef y del canal El Gourmet, en el Mercado compra gente del barrio y vienen de otros lugares para llevarse las mejores frutas y verduras de la zona. “ Mi abuela y mi mamá compraban acá, y yo vengo hace más de 20 años. Además de la mejor calidad, comprar en el mercado tiene un gustito especial”, sostiene Ana María, una habitual clienta.

En la Pastelería Vanesa puede encontrarse una riquísima versión de la famosa chocotorta. Vanesa atiende con su marido que afirma que el Mercado “es como un pueblo dentro de la ciudad, tiene una magia especial. Es un espacio que resiste a la globalización”.

Impulsan la desocupación del mercado de Belgrano. El mercado de Belgrano no vive el mismo auge que el de Caballito. La mayoría de sus negocios están cerrados, con las persianas amarillas bajas, que cubren un pasado de apogeo que ya no existe.

Pero todavía se consigue la mayor variedad de hongos de la zona en la Verdulería Pierino, a un precio alto pero razonable para productos que no están en las góndolas de los supermercados.

En la pollería de la Feria intentan explicar el ocaso: “ Muchos están cerrados porque los puesteros se fueron muriendo y la Municipalidad no se preocupó por volver a alquilarlos. Lo que pasa es que esto es una zona top, y buscan vender el predio para hacer un shopping o algo así. Pero nosotros vamos a resistir”.

El titular de la Dirección General de Concesiones, Javier Alejandro Solari Costa, aseguró que desde el Gobierno de la Ciudad impulsan la desocupación del predio. “La cooperativa José Hernández, a cargo del Mercado, no paga el canón, y hay varios incumplimientos”, dijo a Perfil.com el director de las concesiones.

“Se podría mantener la Feria con otros titulares, si se licita, pero si está vencido el plazo no se puede mantener. Por más que los vecinos lo pidan si no se cumple el contrato no se puede hacer nada”, sostuvo el funcionario. Algunos vecinos de la zona piden que no se maneje la jefatura de Gobierno como si se tratara de una empresa privada.

A pesar de los problemas y del paso de los años, de la globalización que acecha, como decía el puestero del Progreso, los mercados de barrio todavía ofrecen un universo de colores y sabores, y mantienen vivo el encanto de otra época.

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(*) Redactora de Perfil.com