Al tipo/tipa 2011 le pasan más facturas de las que aguanta el body. El cotidiano combo informativo los aturde y les disuelve el yo en no se sabe qué. Son más longevos que sus tíos primates, pero al precio de comer plástico, creer en nada y embretarse en guetos, pisos, jaulas. Si hoy naufragaran como Robinson Crusoe no pasarían de la playa. Carentes de un celular, de un fósforo o de un cortaplumas, serían menos prácticos que un mono o un cangrejo. No sabrían ni ahuecar un coco.
Cuando se amuchó, al terrícola le embucharon el cuento de que era un animal de costumbres. Y lo creyó. Y si de algo lo es, es del asombro. ¿O acaso vivir no es otra cosa que andar fascinado? Por el si o el no, por lo negro o lo blanco (y sobre todo, por los interludios). Recorremos el tiempo con piel de elefante y el asombro apagado. Quizás suceda así por arribar demasiado rápido a la rueda, a la palanca, al hierro. Tres o cinco milenios más de andar boquiabiertos por los inmensos paisajes mutantes, nos habría servido para no chocar con el aire acondicionado, la tele sanguinolenta y los tragamonedas. En tal tiempo el imaginario y el sistema límbico habrían puesto a la prepotente mano en su lugar recortando la dictadura que aun ejerce. Que será muy útil el aporte del pulgar pero más lo ha sido el de la imaginación.
No es disparate (aunque lo parece) propagar una política de asombro. Pruebeló. Despójese una mañana del wikipedia interior que le diseña el hoy como copia del día anterior, y salga a la calle lo más "bobo" que pueda. No es broma. Digo "bobo" en ejercicio de la más pura "bobería". No como tonto sino como inocente cabal. Un antipiola a fondo. Y pregunte, pregunte. Pregúntese. Pero no se haga el ignorante. Séalo. Trate de desaprender todo lo que pueda. Intuya. Tiemble. Hágase un mundo a su medida. Liberesé. Viva.
¿Nunca pensó que usted es una formidable usina creativa en lo que sea, y no un periférico embretado en el túnel diario del siempre-lo-mismo? ¿No es un crimen dejar su vida (única) al capricho de la insolencia política, la trampa económica, la inflación deportiva, la estupidez de la chismografía mediática, los mamotretos de autoayuda, la jíbara información llamada "general" y lo tanto más, con que nos aturden desde las casetas de la Gran Feria Gran?
Hay que "avivarse". Y también, avivarse: a todos nos queda algo de fueguito que no se apaga nunca. Allí hay que empezar a soplar "de a poquito". No dejo de hacerlo (en mi caso por más motivos) Pero de andar saliendo de la juventud en estos tiempos, bien que me detendría en estas líneas a reflexionar un rato. Más sabiendo (como hoy se sabe) la maravilla con pronóstico glorioso que contiene la galera genética en cada cual. Ahora nos asisten los cromosomas. Son los nuevos pastores del alma. De la genética, no del cielo, arribará tal vez ¿por que no? la salida del laberinto del dolor y de otros "dolores". Quienes tengan "una vida por delante" (son los más) deberán lidiar con el desfasaje tecnológico (que ya está entre nosotros: ver Semana 06) y buscar nuevas formas de sponsorear el cuerpo y argumentar el alma. Vivir de popa no va más. El Titanic terminó submarino. La Calesita de esta Epoca chocó. Hay que saltar a tierra y despertar los mil ojos que aún no abrimos.
La hominización no surgió de la palanca, la rueda, el compás, el número Pi, el avión o Internet. La maravilla matriz de la tecnologica surgió del encuentro del ojo con la lengua. Fue la palabra (y ella es) la que anuncia los saltos al vacío y también los caminos por venir. Bien vendría por un lado ir dándose una cuota diaria de asombro. Y por el otro, ver de que esté más limpio el diccionario de uno que el aumóvil de uno. Defender a las palabras sería el mejor proyecto político a presentar en las urnas de octubre. Exigir "arte y esmero" a quien la maltrate en el uso. A quien diga "República" ( y no la haya). "Distribución de ingresos" (y no lo haya). A quien diga "País" (y no lo haya). Que no pase que se haga sigla, insulsa, hueca y acabemos (nos y quienes vengan) en la Big Papelera.
* Especial para Perfil.com