Ante la posibilidad de que se generen situaciones delictivas, como saqueos o robos organizados a las viviendas y comercios afectados, la Policía cordobesa montó desde el jueves por la noche un operativo en las inmediaciones de la fábrica. Esto se debió a que un grupo de vecinos se negaba a abandonar sus casas por temor a robos, pese a que personal de Defensa Civil había recomendado alejarse de la zona debido a la toxicidad de los gases emanados tras el incendio. El operativo policial montado, que está comandado por el titular de la fuerza, Julio Suárez, incluye numerosos móviles y personal de la División Motocicletas, como así también varias brigadas de la Guardia de Infantería. Lo cierto es que ya se registraron episodios de asaltos. Una vecina, Patricia, contó ante las cámaras de un canal de televisión lo que sufrió mientras era socorrida, momentos después de la explosión. “Me estaba atendiendo una médica en la puerta de mi casa porque me corté con unos vidrios cuando una mujer pasó y le pidió hacer una llamada con su celular. Se lo prestó y se fue corriendo. Luego vimos que se llevaba la notebook de mi hijo”, explicó. Luego ella y su hijo fueron aislados de la vivienda para evitar que sufrieran un ataque de nervios, pero al regresar horas más tarde encontraron la casa revuelta y con pérdidas totales. “Vimos a un grupo de personas que no eran del barrio observando las casas. Tenían carros para llevarse nuestras cosas”, sumó.
