Con un precontrato de trabajo en mano, y otros tantos papeles como un contrato de alquiler y los correspondientes euros, Gabriela Meza abordó un avión rumbo al aeropuerto de Barajas sin prever las complicaciones que la esperarían en Madrid, España. A pesar de contar con un trabajo en Andorra, la deportaron hacia Argentina sin dar mayores explicaciones.
"Pasé un pésimo momento. Me llevaron a un lugar que era como una cárcel. Tenía el precontrato de trabajo para ir a trabajar a una empresa en Andorra. Tenía la casa alquilada, pasaje de regreso, tenía todos los papeles pero ellos decidieron que no entrara", relató la damnificada a TN.
Gabriela llegó al aeropuerto, y según su testimonio, las documentaciones no sirvieron a los ojos de los funcionarios españoles de Migraciones por lo que la mantuvieron encarrada desde "las 7 de la mañana hasta las 12 de la noche", para luego introducirla a una patrullero y subirla a un avión sin tener acceso a sus pertenencias que permanecieron en manos del piloto del vuelo.
"Desde la detención pude llamar a una amiga en Barcelona, para que avisara a mi trabajo en Andorra que envíen el contrato final que validara el precontrato que yo portaba, pero a pesar de que Migraciones recibió este último papel, tampoco fue suficiente", agregó la joven radióloga deportada.
La respuesta oficial argentina. Desde el Consulado argentino no pudieron ofrecer mayor solución. Ante el reclamo de ayuda por parte de Gabriela Meza, un funcionario de nombre "Hernán" le explicó que "no podía hacer nada" porque "en el 99,9 por ciente de los casos te deportan una vez demorada".
Gabriela concluyó: "Me sentí totalmente sola en otro país. Allá no podés decidir nada. Me trataron como a una delincuente. Y todo era una excusa para no dejarme entrar. Ahora, no pienso volver a España".