SOCIEDAD
la migracion de los cabecillas

Para protegerse, los jefes de Los Monos dejan Rosario pero siguen con el negocio

Se mudaron con sus familias a las ciudades de Santa Fe, Paraná y Buenos Aires porque temen por sus vidas. Viajan con regularidad para mantener la operatividad de la banda.

Pareja. Luis Medina se fue a vivir a Pilar. Lo mataron en diciembre de 2013, junto a su novia.
| Cedoc Perfil

La disputa por el control del negocio narco en Rosario obligó a los principales cabecillas de Los Monos a buscar un refugio seguro para ellos y su familia. Un lugar alejado y en algunos casos secreto que no les impide continuar con la actividad.
Según fuentes judiciales consultadas por PERFIL, los hombres más pesados de la organización iniciaron una migración “hacia zonas del interior de Santa Fe, Paraná y la ciudad de Buenos Aires”. La decisión de abandonar el territorio que controlan no es una muestra de debilidad, aseguran los voceros. Para los detectives que siguen los pasos de Los Monos es una muestra más de la “colombianización” que experimentó la banda en los últimos años, y que se suma a los túneles subterráneos y el plan para montar una bóveda refrigerada, acondicionada especialmente para guardar dinero. En los carteles es normal que los cabecillas y sus familiares estén alejados de la zona de acción, no sólo por una cuestión de seguridad sino también estratégica.
La sangrienta guerra por el control del negocio quedó al descubierto a partir de los asesinatos de Martín “El Fantasma” Paz y Claudio “El Pájaro” Cantero (jefe de Los Monos), ocurridos en Rosario entre septiembre de 2012 y mayo  de 2013. Las acciones contra los principales referentes provocaron una escalada de violencia sin precedentes en la ciudad que motivó el desembarco de Gendarmería Nacional.
De acuerdo a las fuentes, ante el temor de sufrir una baja no deseada los referentes se vieron obligados a salir de Rosario, en busca de un refugio más seguro sin que eso signifique abandonar el negocio.   

Migración. Entre los principales “exiliados” de la organización figura Mariano Ruiz, conocido bajo el alias de “Mentirita”. Señalado como “testaferro y lavador”, sería el encargado de “los negocios legales e ilegales” de Los Monos. A él se le adjudican contactos con policías que aseguraban protección y proveían de información a la banda.
En el expediente se desprende que Ruiz cumplía varias funciones en la que se destacan la compra de propiedades y vehículos, también de insumos, de armas y de proyectiles. Ruiz está libre,m pero continúa procesado. Según fuentes policiales consultadas por PERFIL, “Mentirita” dejó casi obligado la ciudad de Rosario y se mudó a un departamento en Avenida Libertador y Callao, en el barrio porteño de Recoleta. Allí vive junto a su mujer Lorena Luna Scheneider, también imputada en la causa.
Ruiz pertenece a una familia de clase media. Según los investigadores, por su condición ante la AFIP, brindaba a Los Monos la plataforma legal necesaria para comprar vehículos y propiedades, con el presunto fin de de lavar dinero proveniente de las actividades ilícitas de la organización narco. Uno de los principales testigos de la causa dijo sobre él: “Tendrá unos 40 años y andaba en un Audi TT, ése era el lavador y testaferro del ‘Pájaro’, muy amigo del ‘Pájaro’, era el que le conseguía las balas y testaferro de autos y casas”.
El caso de Luis Medina es otro ejemplo que prueba el desplazamiento de los referentes, aunque su salida no fue garantía de seguridad. Medina, apodado “El Gringo”, de 58 años, eligió como refugio un country de la ciudad de Pilar. Pero no le fue tan bien como a otros miembros. En diciembre de 2013 fue acribillado junto a su novia en un Citroën DS3.
“El Gringo” tenía vínculos con Los Monos. Se sospecha que había ordenado los asesinatos de Santiago Adolfo Pérez, alias “Gordo Santi”, el 15 de septiembre de 2012, en Rosario, y el de Domingo Epifanio Vivas, en San Lorenzo y Provincias Unidas. Según las fuentes, algunos hijos de “El Pájaro” Cantero también dejaron la ciudad, aunque nadie sabe dónde eligieron vivir.


Tres crímenes en diez horas
La seguidilla de crímenes en la ciudad de Santa Fe no tiene freno. En diez horas hubo tres asesinatos que suman un total de 33 en lo que va del año.
Los homicidios ocurrieron en distintos puntos de la ciudad: el primero fue en el puente Colgante santafesino, donde Roberto Vento, de 40 años, fue asesinado por un hombre que lo atacó con un cuchillo para robarle la bicicleta.  El segundo caso se produjo en la localidad de Recreo (al norte de la capital). Allí Rubén Brusa, de 29 años, fue atacado a balazos y heridas de arma blanca en diferentes partes de su cuerpo. El último hecho ocurrió en el barrio San José, cuando desconocidos dispararon contra tres amigos que bebían cerveza en la vereda de
un domicilio ubicado sobre calle Vieytes al 3200. La víctima fue identificada como Eduardo Rojas. Tenía 35 años.

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