SOCIEDAD
LE DIERON UNA PALIZA EN LA COMISARIA

Prisión preventiva para el cuñado de la oficial puntana que fue incinerada

Procesaron al marido de la hermana adoptiva de Lidia Molina, laoficial que fue encontrada incinerada hace 10 días. La defensora del imputado denunció que la policía lo sometió a una paliza, luego de la cual intentó suicidarse. Habría cometido el crimen despechado por un amor no correspondido.

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La oficial de la policía puntana, Lidia Yamila Molina, de 25 años fue encontrada incinerada el en la madrugada del 31 de agosto pasado dentro de su automóvil Renault 12 cerca de la ciudad de La Punta, en San Luis. Todo indica que la asesinó su cuñado Rubén Lucero, de 38 años, quien fue procesado con prisión preventiva por el delito de "homicidio agravado por alevosía", según informaron fuentes judiciales.

El hombre, está casado con una hermana adoptiva de la víctima. Aparentemente, él deseaba a su cuñada, pero se trataba de un amor no correspondido. Ese habría sido el motivo del crimen.

Lucero intentó suicidarse en su celda "porque no aguantaba más la golpiza a la que lo sometieron los policías", señaló la defensora oficial subrogante, Sonia Fernández de Vargas.

Por este hecho, la defensora radicó una denuncia por apremios ilegales y adjuntó certificados de revisaciones médicas que aseguraban que el hombre había sido golpeado en la Comisaría 3ª de San Luis.

Pruebas del delito. "Hay un cúmulo importante de pruebas que comprometen a Lucero; no dudo de su participación en el hecho", señaló a la agencia oficial Télam Karina Gregoraschuk, la titular del Juzgado en lo Penal y Criminal número 3 de San Luis.

Esta semana, se esperan los resultados del análisis del contenido de los mensajes de texto del teléfono celular de Lidia Molina, así como de las pericias sobre las huellas dactilares y de los cabellos hallados en el auto y de la sangre encontrada en la escena del crimen.

Gregoraschuk dispuso además que se periten las prendas de vestir de la víctima encontradas en la casa del detenido, que se busquen rastros con Luminol para detectar trazas de sangre en el baúl del vehículo.

La jueza procesó al imputado anoche a las 22, dos horas antes que venciera el plazo de 48 horas luego de ser detenido. El acusado se había abstenido de declarar el jueves pasado y la defensa de Lucero no había solicitado una prórroga. En estos días, se le realizarán pericias psiquiátricas y de ADN.

Buscan a cómplice. La magistrada consideró que hay suficientes pruebas para procesar con prisión preventiva al cuñado de Molina, aunque mantiene algunas dudas respecto de si Lucero actuó solo.

De acuerdo a la hipótesis de la jueza, Lucero se habría aprovechado de que su cuñada había dejado el uniforme policial y su pistola reglamentaria en su casa, cosa que siempre hacía cuando no estaba de servicio.

En horas de la medianoche del sábado, el acusado fue notificado de la resolución judicial. Después de ser sometido a una serie de revisaciones médicas, fue alojado en el pabellón de procesados de la penitenciaría provincial.

Ataque de celos. El 15 de septiembre, Lucero fue apresado en un allanamiento realizado en el barrio Puertas del Sol, en la zona norte de la ciudad de San Luis.

De acuerdo a la policía, Lucero se quebró y reconoció en la seccional que mató a su cuñada en un ataque de celos, al enterarse que Molina mantenía una relación con un joven mendocino apodado "Mauri" a quien había conocido días atrás en un boliche de la zona serrana cercana a la capital puntana.

Si bien el imputado dijo que mantenía una relación sentimental con la oficial de policía puntana, los pesquisas sostienen que Lucero se ilusionó con un amor no correspondido.

La víctima le había manifestado tiempo atrás a un compañero de trabajo que un cuñado la acosaba proponiéndole iniciar un romance a escondidas de su hermana.

Asesinato brutal. Lucero admitió que golpeó a la mujer con un hierro, el que arrojó en las inmediaciones. Después colocó el cuerpo dentro del automóvil y prendió fuego a las alfombras, aunque negó que haya regado el vehículo con algún tipo de combustible.

Luego, Lucero abandonó al escena del crimen caminando unos dos kilómetros aproximadamente hasta la ciudad de La Punta, donde abordó un colectivo que lo llevó hasta su casa en San Luis, según su declaración a la policía.

En su confesión, Lucero afirmó que Molina no estaba embarazada, aunque todavía faltan los resultados de los estudios que se están realizando por orden judicial ya que la sustancia gelatinosa encontrada en el útero podría tratarse de un quiste.