No pasan desapercibidos y con el correr de los años se convirtieron en un ícono de la escenografía urbana de la Villa 31 de Retiro. Los pilotes de la ex autopista ribereña, proyecto vial que quedó trunco desde hace más de treinta años, dejarán de ser un símbolo de la desidia y el abandono para transformarse en la base de dos proyectos artísticos que homenajearán al papa Francisco y al padre Carlos Mugica.
El primer proyecto apunta a convertir el pilote que se erige en plena autopista Illia en una cruz de tau. Será desarrollado por el arquitecto Ramiro López Saubidet y se enmarcará dentro del entramado eco-protector que el gobierno porteño pretende instalar entre las dos cintas asfálticas que conforman la vía rápida que une el Aeroparque y la Costanera con el Centro porteño.
“Será una instalación en honor al mensaje de humildad que pregona el papa Francisco. Además, será una manera diferente de darle sentido a un pilote de hormigón armado que quedó abandonado y nunca se demolió”, aseguró López Saubidet, en su charla con PERFIL. “Se pensaron varias alternativas, pero nos decidimos por hacerle un homenaje al Papa que, antes de ser ungido como tal, visitó el barrio en varias ocasiones”, agregó, por su parte, Gonzalo Mortola, coordinador general del Programa de Mejoras para las villas 31 y 31 Bis. El pilote será recubierto con maderas rústicas, del tipo que se utiliza para construir muelles, que se montará sobre un arnés de hierro. Tendrá iluminación LED y medirá siete metros de alto por cinco de ancho. El plan es instalarla hacia fines de septiembre.
Homenaje a Mugica. La otra propuesta que apunta a reutilizar un pilote de la ex autopista será en homenaje al padre Mugica. El primero dentro de la villa. Si bien el artista Alejandro Marmo realizó una obra en su honor, la misma se encuentra fuera de los límites del barrio, en la avenida 9 de Julio y Juncal.
Andrés Zerneri, el creador de la estatua de Juana Azurduy, será el responsable de construir la estatua del cura villero. “No es sólo un acto de reparación al homenajeado. Una escultura permitirá mantener presentes los valores de Mugica”, señaló Zerneri, mientras caminaba por el sector Playón de la Villa 31, la zona donde se instalará su obra.
“Es un reconocimiento al cura que más hizo por los habitantes de la villa. Si bien sus restos descansan en su iglesia, Cristo Obrero, no tiene un monumento dentro de su barrio. Trabajo en el proyecto desde hace cinco años y por fin puedo verlo hecho realidad”, aseguró César Sanabria, vecino del barrio y estudiante de arquitectura.