La ilustradora Lucía Katz (34) renunció a su trabajo después de diez años y, con más tiempo libre, comenzó a dibujar a su gata “como un hobbie personal”. Subió las imágenes a su cuenta de Instagram @lulikatz y a partir de ese momento, y casi sin quererlo, consiguió un nuevo trabajo.
“Recibí tantos buenos comentarios por Instagram que la gente empezó a hacerme pedidos”, cuenta Katz sobre el inicio de su emprendimiento, que empezó a principios del año pasado. Ya lleva realizadas 700 obras, y entre la lista de clientes figuran varias celebridades, como el diseñador Benito Fernández.
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“Al menos el 30 por ciento de los pedidos son de perros que ya no están y sus dueños quieren una pintura como recuerdo”. Pero también tiene algunos clientes que le solicitan cuadros para hacer regalos, mientras que otros los eligen para homenajear a sus mascotas porque “son como sus hijos”. Entre los pedidos más extraños que recibió, está el de la dueña de un labrador que quiso que lo hiciera vestido como San Martín. “Era un labrador con mucho carácter”, recuerda Katz. Y el de una clienta que le pidió un retrato de su tortuga.
La diseñadora trabaja con acrílicos y acuarelas a partir de las fotos de las mascotas que los dueños le envían por mail. El precio de sus obras, que siempre entrega enmarcadas, parten desde los $ 2 mil y varía de acuerdo al tamaño. “El precio no tiene tope, porque pueden pedirme uno de dos metros”, detalla.
“Había visto los dibujos de Luli por Instagram y me gustaron mucho. Entonces, decidí hacer uno de José Antonio, porque no viene mucho a la oficina y quería tenerlo cerca mientras trabajo”, cuenta el diseñador Benito Fernández.“No me imaginé que sería tan real. Tiene su expresión y su mirada”, detalla Fernández sobre su shar pei que tiene desde hace cinco años y con el que comparte “una tremenda pasión”.
Katz dice que se siente “muy identificada” con los dueños y el amor que tienen por sus mascotas, por lo que decidió dedicar la mayoría del tiempo a este emprendimiento. “Descubrí un mundo nuevo. Si alguien puede hacerle una casa, también pueden hacer un retrato. El fanatismo llega a niveles que desconocía”, reflexiona la joven ilustradora.