Seis de cada diez argentinos consumen trucho

Un estudio sobra las tendencias de los compradores argentinos reveló que seis de cada diez consumen productos pirateados. La práctica, que predominaba en los niveles socioeconómicos más bajos ya alcanzó también a la clase media, que tiene un alto grado de participación en el mercado de los productos truchos.

Las adquisiciones pirateadas de la clase media representan un 34 por ciento del total mientras que del segmento que compra productos en forma ilegal, siete de cada diez consultados reconoció que la operación no está dentro de los márgenes de la ley. Con todo, el 57 por ciento de los encuestados aseguró que volvería a comprar en el mercado informal, según retrató la investigación llevada adelante por las consultoras Ipsos y Mora y Araujo.

“Los consumidores reconocen que la compra de productos pirata constituye una infracción –indicó Martín Moreno, presidente de Sofware Legal–, sin embargo no hay plena conciencia sobre la sanción que conlleva este acto aunque se advierte que daña la economía formal”.

La encuesta, que se llevó adelante en el área Metropolitana, alcanzó a 640 hombre y mujeres de entre 16 y 70 años. A partir del sondeo, se detalló que entre los productos que más se compran falsificados está la ropa (con una participación del 39 por ciento), le siguen los discos compactos (con un 37), la comida y la bebida (con 32 por cientos), los DVD y películas en formato VHS con un 14 por ciento.

Los resultados del informe fueron difundidos en una conferencia de prensa ofrecida en Buenos Aires, en la que participaron empresarios de la I ndustria Argentina de la Música (Capif), la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en la Argentina (Amcham) y de Software Legal.

Desde la Cámara estadounidense resaltaron la importancia de la “defensa intelectual”, en especial “en la Argentina porque puede ser un factor fundamental para favorecer la competitividad en países de desarrollo y nuestro país tiene un gran nivel de producción que incluso le permite exportar y competir. Por eso, hay que concientizar”.

“ La fabricación y venta de productos falsificados afectan mucho los negocios de los propietarios de marcas famosas. Esto ocasiona que no puedan invertir en este país y, por lo tanto, no se puedan crear nuevas fuentes de trabajo, así como también contribuye a la evasión de impuestos”, agregaron las autoridades en rueda de prensa.

Los empresarios adelantaron que el próximo paso en la defensa de los productos originales será el de medir el impacto económico que ocasiona este tipo de prácticas, así como implementar programas de concientización de los consumidores. Inclusive, los organismos prevén que el año próximo lancen un premio estímulo para quienes compren productos originales.