“El deseo se nos presenta como una fuerza que desconocemos y por eso mismo nos gobierna”. La definición pertenece a la psicoanalista Any Krieger, y la utiliza para explicar por qué el deseo suele aparecer como enigmático, aunque luego se devele que, en realidad, no lo es tanto. Sucede que detrás del deseo hay una explicación, que tiene que ver con la estructura psicológica de cada uno, pero también con lo cultural, con la “piel” y con la imaginación, según explicaron los especialistas consultados por Perfil.com.
“El deseo erótico está ligado a una pulsión que indefectiblemente es un recuerdo oculto que tiene que ver con situaciones vividas en la infancia. Por eso, indefectiblemente, nos vamos a sentir atraídos por una persona que tiene algo de conocido para uno”, asegura Krieger, autora del libro “Sexo a la carta”, de reciente publicación. Y explica que la misma lógica tiene el rechazo que a cada uno le provoca otras personas.
“Tiene que ver con situaciones que están reprimidas, situaciones traumáticas de la infancia”, señala la especialista, que no descarta la incorporación de los mandatos culturales en la configuración del deseo. Sin embargo, recalca: “Es cierto que en esta época está de moda determinado tipo de cuerpos, pero aunque algunos hombres se puedan sentir atraídos por una mujer Barbi, de publicidad, muchas veces no es ese tipo de mujer la que más los exita”.
La sexóloga Celia Laniado, por su parte, también destaca la influencia de las vivencias de la infancia en el deseo y rechazo que cada persona tiene con respecto a otras, pero también agrega la importancia de “la magia” que gesta el deseo. “Es una cuestión de piel”, asegura, y explica que aún así, en las parejas que llevan mucho tiempo juntas, el deseo suele disminuir. “ El deseo sube y baja, no se mantiene constante, por eso hay que estimularlo”, recalca la especialista, que también habla de las posibles “disfunciones sexuales” que pueden surgir en una de las personas de la pareja. “Cuando la relación se hace más rutinaria, hay que apelar a la creatividad y a la innovación en la pareja, hay que restablecer su intimidad y hablar más sinceramente”, explica.
El doctor Andrés Rascovsky, presidente de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), explica además que “ el deseo inconsciente es el motor del aparato psíquico, que nace de un intento de reproducir experiencias de satisfacción más tempranas de la vida”. Y señala que, por esa razón, “el deseo nunca se satisface” tal como se logra en la infancia, cuando los bebés tienen hambre y su mamá los calma dándoles de mamar, por ejemplo. Entonces, explica el especialista, “lo que tenemos después es una imagen, una representación del objeto”. Por eso, dice, “el deseo siempre está entre la esperanza y la decepción”.
Lo mismo sucede con los rechazos. “Están relacionados con situaciones que nos han producido dolor en vez de placer. Son situaciones que desagradan, dolorosas o traumáticas, que luego nos lleva a evitarlas”. Y agrega que los factores culturales son, “sin duda”, un condicionamiento para los deseos. “ El modelo sociocultural se transforma en un ideal, por eso en algunos países, a diferencia de aquí, la mujer gorda es muy valorada, o en algunos casos, el que tiene plata es el más deseado”, destaca Rascovsky.
* De la redacción de Perfil.com
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