Carpas destruidas y deshilachadas; instalaciones sin mantenimiento y a la intemperie; rejas perimetrales oxidadas y corroídas; boleterías inutilizadas; desidia y abandono, son las imágenes que devuelve desde hace casi siete años la postal del predio de la avenida Garay y Combate de los Pozos, en el que se encuentran instaladas las dependencias del Polo Circo y la Escuela Integral de Circo de la Ciudad de Buenos Aires.
Tal como si se tratara de un verdadero circo abandonado, dos contenedores con elementos y materiales circenses completan la fantasmal escenografía del lugar.
Si bien su instalación tenía por objetivo desarrollar e impulsar la actividad circense en el ámbito porteño, incluyendo festivales internacionales y programación permanente, a partir de la aprobación de un programa en 2009, tras la realización del último Festival Internacional de Circo de Buenos Aires (en 2016), la iniciativa no terminó de consolidarse del todo y el lugar comenzó a perder interés. A tal punto llegó está situación que durante 2017, por ejemplo, los talleres de la Escuela Integral de Circo que allí funcionaban comenzaron a dictarse de manera virtual hasta 2019. Un presagio, tal vez, de lo que iba a vivirse durante la pandemia, cuando las actividades se cerraron definitivamente y las instalaciones quedaron en desuso.
Actualmente, y según informaron desde el Ministerio de Cultura porteño, algunas de las tareas relacionadas con el mundo del circo “se desarrollan en el Centro Cultural Julián Centeya, en San Juan al 3200, como por ejemplo el dictado de las clases de la Escuela Integral de Circo”. “Pero además, el Polo Circo está trabajando en conjunto con otros sectores circenses para potenciar la sede con dicha temática, tal como es el caso de la Universidad Nacional de San Martín, que dictará las clases de su Licenciatura en Artes Escénicas, en lo que refiere a las artes circenses, en la sede de la avenida San Juan”.
Desde el ministerio que dirige Enrique Avogadro también aseguraron a PERFIL que “durante este año las instalaciones del Polo Circo se reubicarán en la plaza Corralón de Floresta (avenida Gaona al 4600)”.
El espacio en el que se encuentra el Polo Circo pertenece al Poder Judicial (ver aparte) y está delimitado por las avenidas Brasil y Garay, y las calles Pichincha y Combate de los Pozos, frente al Hospital Garrahan. Dentro del mismo, y ante una cesión al gobierno porteño, se encuentran el parque Vuelta de Obligado, la zona que da sobre la calle Pichincha y en el que se encuentran desde una pista de skate hasta los juegos tradicionales, y el predio del Polo Circo.
En este caso puntual, el Polo Circo ocupa una superficie de unos 130 metros de ancho por 150 de largo, en la interseccción de Garay y Combate de los Pozos, justo en el límite en el que confluyen los barrios San Cristóbal, Parque Patricios y Constitución. El lugar se encuentra enrejado y con un solo guardia de seguridad las 24 horas.
“Salvo el área que corresponde al parque Vuelta de Obligado, que tiene un cuidador, el resto del ‘campito’ es tierra de nadie, incluido el Polo Circo. Entre los vecinos que venimos al parque decimos que se parece al set de filmación de alguna serie o película de zombis, al estilo de The Walking Dead. Con el paso del tiempo el lugar está cada vez peor”, contó Romina M. a este diario.
Pero más allá de su mirada puntual, Romina sumó otro comentario sobre el lugar. “Otro problema que existe en este espacio son las personas que se reúnen del lado de afuera del Polo Circo. No solo se juntan a quemar cables contra las rejas, sino que también se dieron algunos hechos de inseguridad o de acoso callejero, tal como me ocurrió a mí hace poco, cuando vine a pasear a mi perro. El problema en sí radica en la falta de seguridad de la zona. Cuando llamás a la policía, no responden o llegan cuando ya pasó todo”, puntualizó la vecina, mientras continuó con el paseo de su mascota.
El Centro Judicial que no fue
En el predio donde actualmente se encuentra el parque Vuelta de Obligado, la Corte Suprema de la Nación tenía pensado desarrollar el futuro Centro Judicial. Si bien en varias oportunidades el máximo tribunal anunció el inicio de las obras, lo cierto es que nunca llegaron a comenzarse los trabajos. En este caso, se trata del predio delimitado por las avenidas Garay y Brasil, la calle Combate de los Pozos y la extensión virtual de la calle Pasco. En este sentido, no fueron pocas las veces que los vecinos impulsaron iniciativas a fin de que esas tierras sean cedidas definitivamente a la Ciudad con la finalidad de erigir definitivamente un espacio verde de, al menos, 10 hectáreas. Atento a esta circunstancia, el legislador Matías Barroetaveña (FdT) solicitó la cesión de las tierras a la Comuna 4 para su administración. El legislador pide que “el Gobierno de la Ciudad tome cartas en el asunto, ya que se ha profundizado el abandono del lugar, lo que repercute en la inseguridad”.