Pasaron cuarenta días de las inundaciones y Lido Iacopetti aún recuerda su tragedia doméstica con una mezcla de asombro y tristeza: “En mis 76 años nunca viví algo igual”, se lamenta mientras repasa, una vez más, la lista de lo que perdió. El auto, el placard, el juego de dormitorio, la ropa, los documentos, quinientos libros y lo más doloroso: cien de sus pinturas. El metro de agua que ingresó furiosamente a su hogar el 2 de abril trepó al metro de altura y afectó todas las obras que descansaban en el estante inferior de su taller.
Ahora, el artista plástico decidió reconvertir la tragedia: nombró “Huellas de la inundación” a la serie de cuadros afectados y organizó una subasta en el Museo Municipal de Arte (MUMART) para venderlos y donar lo recaudado al Hospital Casa Cuna de la ciudad de las diagonales.
La serie constó de cuarenta cuadros de la década de 1970 cuyo hilo conductor fueron las marcas de agua. “El que quiera tener un testimonio de una inundación jamás vista se puede llevar una obra, y además va a estar haciendo una obra de bien”, dijo Iacopetti, docente de la facultad platense de Bellas Artes, y aclaró: “El que los quiera restaurar también lo va a poder hacer”. El no lo puede hacer porque son cuadros que ya no puede volver a pintar. “Los hice con planchas irregulares, con entrantes y salientes y usando colores, recursos y materiales novedosos para la época”, explicó. “Ahora considero que la lluvia los intervino, y se les sumó un factor de la naturaleza, quizás negativo, pero que muestra una realidad”.
Lido vivió la tarde de la inundación como un caos. Almorzó con su mujer y sus dos hijos en su casa del barrio La Loma –a dos cuadras del Hospital Español, uno de los lugares más golpeados- y a las cuatro de la tarde, mientras miraban el partido del Barcelona, notó la intensidad de la lluvia. Tres horas después, a las siete, ya estaban inundados: el agua les llegaba a las rodillas.
“Subimo algunas cosas, como los libros sobre las sillas pensando que el agua no subiría tanto. No se nos salvó nada. No era agua sola, tenía alquitrán y coque de la explosión de YPF”. El agua también subía desde las alcantarillas, mezclada con cucarachas y materia fecal. Se refugiaron en el altillo, donde la familia pasó la noche entre cuadros. El agua recién bajó al mediodía del día siguiente.
Calculan que las pérdidas materiales que sufrieron rondan los $40 mil. Y después están las otras: Lido se deprimió al enterarse que muchos de sus amigos murieron los días siguientes al 2 de abril. “Fue una maldición sin precedentes”, dice.
Bruera promete obras, CFK twittea
Después del suplemento que distribuyó por los hogares de la ciudad adonde recomendaba una mochila anti inundación, ahora el intendente Pablo Bruera envió una carta los vecinos prometiendo más obras. “Hemos pasado nuestra noche más oscura”, escribió en la misiva que distribuyó entre ayer y hoy en los hogares de La Plata, donde dice que está trabajando en la búsqueda de financiamiento –mil millones de pesos, a través de organismos internacionales- para ayudar a los vecinos. Por su parte, Cristina Kirchner volvió a referirse al tema ayer en su cuenta de Twitter. La Presidenta resaltó el trabajo del Gobierno nacional y criticó la polémica en torno al núymero de fallecidos. “NUNCA NADIE”. “NUMERO REAL DE MUERTOS”. ¿Puede ser posible? Son palabras tan terribles y definitivas como la muerte misma”, escribió. Y avisó que el lunes, a más de un mes de la inundación, se contactarían con el hospital Español para ofrecerles ayuda.