Diciembre, 3 AM. Un grupo de jóvenes que ingresa a la estación Juramento de la línea D con bolsos y material listo para pintar los vagones del subte. Son grafiteros, y entre todos logran controlar a los dos agentes de seguridad privada que custodian la estación. Se quedan por lo menos una hora y se van.
Febrero, 18.15, una empleada del subte es agredida por un pasajero que no quiere pagar el boleto y termina empujándola y alejándose por las escaleras de la estación Constitución. Marzo, 10.26, un hombre le arrebata la cartera a una mujer en la estación Agüero, pero es interceptado por los otros usuarios cuando quiere pasar por los molinetes y escaparse.
Como estas, todas las situaciones que involucren algún hecho de inseguridad en el subte, ya sea vandalismo, robos o accidentes, quedarán registradas en las imágenes de las 223 cámaras que Subterráneos de Buenos Aires (Sbase) instaló en la zona de boleterías y molinetes de las estaciones, y que desde enero son visualizadas en el primer Centro de Monitoreo del Subte, en la estación Independencia, donde confluyen las líneas E y C.
La iniciativa, que también se implementa en ciudades como Londres, Madrid, Barcelona, Santiago de Chile y San Pablo, y tuvo una inversión de $ 6.654.537, busca no sólo disuadir los delitos, sino que se pueda actuar en el momento en que se comenten, avisando a la policía o al personal que se encuentra en las estaciones.
“Las cámaras son un complemento a la llegada de los 500 policías de la Metropolitana, de la seguridad privada en cocheras y talleres, y de las veinte boleterías blindadas que ya tenemos”, explica Juan Pablo Piccardo, titular de Sbase. En los próximos tres meses planean blindar otras 21 boleterías, y para octubre piensan tener instaladas todas las cámaras, que serán 1.500, desde donde vigilarán también los andenes, talleres y cocheras, que serán monitoreados desde otro centro en Chacarita, al lado del que tiene la Policía Metropolitana.
Además, a futuro planifican instalar monitores en las estaciones donde hay más tránsito, como Constitución, Retiro, Palermo, para que los usuarios puedan ver las imágenes que captan las cámaras en tiempo real.
Desde Sbase sostienen que gracias a este conjunto de medidas lograron reducir la cantidad de robos en boleterías, que pasó de 35 en 2013 a cuatro en 2014. La disminución de hechos en trenes y andenes, dicen, es también gracias a la presencia de agentes de la Metropolitana de civil dispuestos dentro de los trenes, para identificar a quienes utilizan el subte con fines que no sean el transporte.
“Intentamos evitar la evasión, ya que gran parte de los pasajeros busca no pagar el boleto, ver que no haya personas en actitudes extrañas, y alertamos a la Metropolitana ante la presencia de algún ilícito o actitud sospechosa para que estén alertas”, explica Víctor Torrers, subjefe de seguridad de Metrovías.
A los colectivos. Entre los usuarios del subte la percepción es que los delitos vienen en baja. Desde Pungas en Subte, un grupo de usuarios que denuncia y divulga fotos de pungas desde una cuenta de Twitter, alertan porque algunos se trasladaron a las paradas de las líneas de colectivos. Y si bien reconocen que los delitos bajaron en las líneas D y B, sostienen que ahora la línea C, por la que circulan más de cien mil personas por día, es la que tiene mayores problemas.