El conflicto entre los trabajadores de la salud autoconvocados de Tucumán, en paro desde hace cinco meses, y el gobierno provincial llegó a una tensión extrema esta mañana, cuando la Guardia de Infantería ingresó a los hospitales con el objetivo de liberar los accesos cerrados por los manifestantes, lo que generó que la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la Argentina (FESPROSA) declarara el alerta y la movilización permanente de los trabajadores de la salud de todo el país, que podría derivar en un paro nacional si “la represión aumenta”, dijo a Perfil.com el titular de la entidad, Jorge Yabkowski.
La irrupción policial se produjo pasadas las 5 de hoy, en el marco de una orden de la Justicia Penal local, a partir de una denuncia formulada por la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA), que pidió que se respete la libertad de trabajo de sus asociados, ya que los autoconvocados cerraron ayer los principales accesos a los centros de salud, informó la agencia DyN. Sin embargo, Yabkowski atribuyó el operativo a una decisión del gobernador José Alperovich, ya que, según aclaró, “no existe ninguna constancia escrita” que asegure que la intervención policial fue por orden de la Justicia. “Ningún policía mostró ninguna orden para ingresar a los hospitales”, aseguró el titular del FESPROSA.
Según DyN, ATSA está enfrentada a los médicos y paramédicos autoconvocados que reclaman mejores salarios y condiciones laborales, y desconocen a las estructuras sindicales tradicionales y a sus dirigentes.
Los médicos autoconvocados reclaman desde hace 23 semanas un aumento sin montos en "negro", el pase del personal transitorio a planta permanente, la regularización de los contratados, la vigencia de la carrera sanitaria, el reconocimiento por insalubirdad y el 82 por ciento móvil para los jubilados. Ni la intervención del obispo tucumano, Luis Villalba, permitió destrabar el conflicto, luego de que el gobierno de José Alperovich rechazara la propuesta del obispo.
Al parecer, no hubo incidentes de gravedad durante la intervención de la Infantería en los cinco hospitales más grandes de la capital tucumana, pero algunas informaciones aseguraron que en la Maternidad dos enfermeras denunciaron haber sido golpeadas durante el importante despliegue de fuerza efectuado por los efectivos.
Los momentos de tensión continuaron tras el ingreso de la policía, ya que horas después había efectivos desplegados dentro y fuera de los hospitales públicos de la capital, que ayer cerraron sus principales accesos por la protesta de los autoconvocados, que sólo mantenían abiertas y en atención permanente las guardias. La medida había sido tomada luego de que el gobierno rechazara la oferta que acercó el monseñor Villalba.
En tanto, en los centros asistenciales se estaban realizando este mediodía asambleas para definir los próximos pasos de la protesta, que tendrá un día clave el viernes, cuando se realice la tercera marcha de antorchas hacia la Casa de Gobierno, en defensa de la salud pública, en la que se prevé convocar a más de 15.000 personas.
En medio del agravamiento del conflicto, el gobernador José Alperovich pidió "cordura y ayuda" a los médicos y los instó a que "no cierren los hospitales, que son de los dos millones de tucumanos", entre los cuales, muchos, "no tienen obra social", informó DyN. "Si están cerradas la puertas, dónde está garantizada la salud", se preguntó el mandatario y consideró que "la obligación de la policía es que mantengan abiertos los hospitales".
"Pareciera que no me creen, pero no hay dinero para pagar el aguinaldo, me faltan 30 millones de pesos, no es que estoy encaprichado, todos merecen ganar más", insistió el mandatario, al volver a negar la posibilidad de otorgar el aumento reclamado.