Lo llamativo es que dejó abierta una "ventana" para hoy y, es obvio, Trabajo intentará acercar a las partes a ver si de una buena vez los subtes se dedican a transportar usuarios en vez de flagelarlos.
Los delegados indicaron que "sólo dejarán de lado la medida de fuerza, si Metrovías accede a dejar sin efecto todas las medidas de difamación y persecución que ha venido llevando a cabo". Indicaron sobre el tema que han sufrido descuentos en sus salarios, han sido filmado quienes asisten a las asambleas amenazándolos con despidos o descuentos de haberes, y volvieron a poner énfasis en la situación del delegado Néstor Segovia con un proceso en marcha para lograr su desafuero gremial y despido.
Como se sabe, en las últimas semanas los trabajadores han adoptado una serie de acciones que ellos califican "en defensa de los usuarios", no permitiendo la salida de algunas formaciones que -señalan- tienen problemas de seguridad y se transforman por ello en un peligro latente. Desde su lado, la empresa contesta que hace el mantenimiento necesario y que son los propios empleados los que provocan los daños a los trenes, para así "extorsionar" con dus demandas laborales y salariales.
La protesta fue anunciada en una conferencia de prensa ofrecida en el Hotel Bauen. "Desde hace un mes hacemos denuncias públicas sobre los problemas de mantenimiento de material rodante, estaciones y talleres", enfatizó Roberto Painelli, uno de los delegados de los trabajadores del subte, en la conferencia y aclaró que el problema, que viene desde hace varios años, se agudizó en los últimos seis meses, dónde hubo seis descarrilamientos en lo que en tres de ellos viajaban pasajeros.
" Siempre dijimos que este no es un conflicto gremial, ni de mejora salarial. Queremos más seguridad para trabajadores y usuarios”, dijo Painelli, que puntualizó que la em presa Metrovías viene realizando una campaña de "difamaciones para con nosotros, argumentando que reclamábamos una suba de salarios", cosa que no es cierta, dado el propio ministro de Trabajo aclaró que no se trataba de un problema salarial.
Painelli subrayó que la empresa "empezó a romper la paz social" con los trabajadores con una campaña agresiva en la que suspendió a 30 compañeros, se mandaron telegramas de despido y sanción a Segovia y a quienes colaboraron en la difusión del programa CQC, donde se demostraba el mal funcionamiento de una formación en la línea C.
También señaló que Metrovías realizó una campaña de difusión sobre sabotajes, abrió causas penales y militarizó los lugares de trabajo, llegando a colocar en los talleres unas 60 cámaras enfocando a los trabajadores. Además, prohibió las reuniones y asambleas en los lugares y horas de trabajo y lo intimó a que se les descontaría del salario las horas en que se reunieran.
Habrá que ver si el Ministerio de Trabajo consigue el "milagro" de desactivar un enfrentamiento que parece irreversible.