Una mujer "aparentemente desequilibrada" provocó hoy la caída del Papa a la entrada de la misa de Gallo en la basílica de San Pedro del Vaticano, pero Benedicto XVI pudo celebrar el oficio, declaró a a la agencia internacional AFP el portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi.
Según el portavoz, la desconocida logró traspasar las barreras de seguridad, que separa a los fieles del pasillo central de la Basilica, mientras intentaba acercarse al Papa, que conducía la procesión con los cardenales. A consecuencia de ello, el Papa Benedicto XVI perdió el equilibrio y se cayó pero, rápidamente socorrido, se levantó enseguida y pudo llegar al altar para celebrar la Misa de Gallo. El cardenal francés Etchegaray, que se encontraba a su lado, sufrió una indisposición y fue trasladado a los servicios de socorro, añadió el portavoz.
La desconocida fue detenida e interrogada el jueves por los agentes del Vaticano. Aparentemente sufriría problemas psíquicos. Según testigos recogidos por la agencia internacioanl Ansa, la mujer quería acercarse al Papa, pero no llevaba "malas intenciones".
La tradicional misa del Gallo empezó antes de lo tradicional ya que suele hacerse durante la medianoche. La idea es permitir el descanso de un Papa que cumplió 82 años en abril.
Durante la homilía, Benedicto XVI afirmó que "el egoísmo, tanto del grupo como el individual, nos tiene prisioneros de nuestros intereses y deseos, que contrastan con la verdad y nos dividen unos de otros".
"El conflicto en el mundo, la imposibilidad de conciliación recíproca, es consecuencia del estar encerrados en nuestros propios intereses y en las opiniones personales, en nuestro minúsculo mundo privado", afirmó el Sumo Pontífice dirigiéndose en italiano a los miles de fieles congregados en la basílica y a los millones en todo el mundo que seguían la misa por televisión.
El Santo Padre predicó la "humildad" que es "la señal de Dios". "La señal de Dios es que se hace pequeño, que se convierte en niño", dijo el Papa esta noche en la que, para los católicos, el hijo de Dios, Jesús, nació en un pobre establo de Belén.
"Nos hacemos semejantes a Dios si nos dejamos marcar con esta señal; si aprendemos nosotros mismos la humildad y, de este modo, la verdadera grandeza, si renunciamos a la violencia y usamos sólo las armas de la verdad y del amor", dijo Benedicto XVI durante la quinta misa de Navidad de su pontificado.
Fuente: AFP