El “juego” consistía en besar en los labios a “once señores” que cantaban al unísono “uno, dos, tres” para dar coraje al pequeño de 12 años que –según consta en la denuncia a la que tuvo acceso PERFIL– había llegado a un departamento de Palermo de la mano de Marcelo Rocca Clement y Augusto Correa, “consortes “de la causa que llevó a prisión al psicólogo Jorge Corsi. Entre los presentes, el menor conocido como “Enzo” diferenció a un hombre “mayor, pelado y de anteojos”. Fue el inicio de los abusos, que perduraron por dos años.
La presunta víctima, que ahora ronda los 20 años, se presentó a la Justicia el 14 de febrero de 2012, pero recién el 16 de mayo pasado, el Cuerpo Médico Forense determinó que Enzo no mentía: “Respecto de los hechos investigados, el entrevistado se expresó de forma espontánea, su relato resultó abundante en detalles, inestructurado y con una resonancia afectiva acorde. De sus relatos se desprende que ha sido inducido a participar de situaciones de índole sexual prematuras para su edad y su maduración psicosexual”. En el examen, “no se apreciaron indicadores de fabulación o mendacidad” y en la evaluación “registra que las situaciones denunciadas han interferido en su desarrollo psicosexual y proceso de individualización”.
Según su abogado, Javier Moral, “asistió a no menos de 15 entrevistas con peritos psiquiatras y psicólogos para asegurarse de que no se trataba de un oportunista”. “Esta causa puede generar otro juicio a Corsi”, dice el abogado.
“Los métodos de captación son similares y estuvo en un edificio que podría ser el de la calle Paraguay”, relaciona Moral. “El recorrido era el mismo: del McDonald’s de la calle Córdoba y Medrano, al boliche Tabú, hacia el departamento”. En 2008, Rocca Clement y Correa fueron procesados junto a Corsi, acusados de integrar una banda de pedófilos. El primero fue condenado a 13 años y 10 meses de prisión, el segundo, cumple una probation de tres años al igual que Pablo López Vidal y Adrián Isacovich.
Según la demanda, “luego de un largo intercambio de llamadas, conversaciones de mails, chats, msn, etc., Augusto y Marcelo lo “convencieron de salir hacia otro lugar cerca de allí”. En ese marco, Enzo llegó al departamento donde lo esperaban “señores grandes”. “Yo realmente no entendía bien qué era lo que sucedía. Les tenía un poco de miedo a estos dos supuestos amigos que en el interior del departamento charlaron con otro señor. Me condujeron hacia el baño”. Allí abusaron de él.
“Pasaban cosas raras, pasábamos por algún lugar donde había chicos jugando a la pelota y se babeaban y comentaban adelante mío –en referencia a Rocca Clement y Correa– sobre lo que harían a esos chicos y sus formas físicas”, contó el menor en el testimonio. “Siempre utilizaban apodos. El de Marcelo era ‘Marche’ y el de Augusto era ‘Agus’”.
Si bien no se nombra en la denuncia a Corsi, “se investigará quién es ese hombre que describió Enzo”, aclara Moral y agrega: “Este testimonio cuenta la otra cara de la organización. Cierra el círculo e implica a otros tres hombres que se escaparon de la primera causa”.
A diferencia del primer caso, la segunda víctima “guardó chats, mails y fotografías que probarían los abusos”, detalla el abogado.
“Aportó más datos de cómo era el método de captación y hasta agregó detalles que se no habían podido cubrir en las anteriores investigaciones. La Justicia acaba de determinar que las aseveraciones de Enzo gozan de plena validez, sirviendo de base para una nueva investigación que en los próximos meses nos traerá a la memoria aquella historia que en un principio parecía fantástica y que hoy a casi media década, ya no nos sorprende”, cerró.