Parecía una reunión de ex alumnos en la que los otrora compañeros de división se volvían a ver después de una década. Ivan Lendl, John McEnroe, Andy Roddick, Billie Jean King, Martina Navratilova, Guillermo Vilas, Chris Evert, Monica Seles, Tracy Austin y las todavía en carrera Lindsay Davenport y Venus y Serena Williams. Pero la que más llamó la atención por su belleza en la ceremonia inaugural del US Open fue Gabriela Sabatini. Impecable, la ex tenista lució su esbelta y marcada figura con un vestido hasta la rodilla negro –su color preferido, al que le siguen los pasteles, el crudo y el colorado– que tenía un profundo escote y unos stilettos punta de pescado al tono.
Sabatini, que fue una de las invitadas de honor para conmemorar los 40 años de este torneo, contó emocionada a PERFIL: “El evento fue muy lindo y emotivo. Me dio mucha alegría reencontrarme con tantos grandes del tenis. Tuve la oportunidad de hablar con casi todos, recordamos anécdotas del pasado y también hablamos del presente. Fue un momento muy especial”. Gaby, a los 38 años, deslumbró en Flushing Meadows, Nueva York, y opacó hasta a la que todos señalan como la más bella del circuito, la rusa Maria Sharapova.
Estilo sexy. La argentina, que abandonó los courts en 1996, siempre fue criticada por la falta de fluidez en su discurso pero sobre todo por su discreta feminidad y su comportamiento algo tosco que le servía para solapar su timidez.
Sin embargo, desde que Gaby, como la llaman sus íntimos, tomó la decisión de colgar la raqueta, se relajó y empezó a descubrir a otra mujer, la coqueta. Según el diseñador Carlos Di Doménico, quien fue el encargado del realizarle el vestido de brocato negro con la espalda descubierta que usó Sabatini en el Madison Square Garden cuando anunció su retiro del tenis, Gabriela es muy coqueta.
“Yo la vestí durante cinco años y logré darle confianza y seguridad para que explotara su estilo ultrafemenino, algo que no había hecho porque jamás se había animado. Y en poco tiempo descubrió su potencial y empezó a mostrarse sexy”, contó el diseñador. Pero aclaró que no fue muy fácil: “Hubo que animarla y darle confianza”.
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