Cada vez más la política sale a la “caza” del vecino, no en busca de quejas y reclamos, sino con la intención de encontrar las soluciones a los problemas cotidianos. Desde distintas dependencias de la Ciudad han generado convocatorias para que los porteños propongan soluciones para inconvenientes en materia de tránsito y transporte, residuos, comunicaciones, educación, trabajo y vivienda, entre otros. En algunos casos, esos aportes vecinales ya se han incorporado a las políticas del Gobierno.
“Buenos Aires 2030”, a cargo de la Subsecretaría de Planeamiento y Control de Gestión porteña, sugiere que la gente pueda acercar sus ideas en relación a la Ciudad que quisiera tener en los próximos años. Las iniciativas se suben a una plataforma web y deben reflejar un plan a largo plazo. Si bien los proyectos todavía no se dieron a conocer, se han presentado más de mil.
Hace tres años empezaron los hackatons (encuentros de programadores, creativos y desarrolladores con proyectos innovadores) de los que surgieron soluciones como Metrolibros –una app que permite identificar toda la base de datos de libros en bibliotecas porteñas– o la Guía de Servicios –un mapa interactivo de la ciudad con la ubicación de todas las ONG’s–. Y hay proyectados, aún sin fecha precisa de realización, otros dos hackatons sobre movilidad y educación.
También gracias a la creatividad de los vecinos se desarrollaron aplicaciones para smartphones. Se hicieron concursos, de donde salieron las ocho aplicaciones oficiales del GCBA, entre las que se destacan por su cantidad de descargas BA Cómo Llego (bajada en 773 mil celulares), BA Móvil (243 mil), BA Subte (58 mil) y BA Eco Bici (52 mil).
En materia de tránsito, la empresa estatal AUSA también tuvo su convocatoria de ideas vecinales. De aquel IngenioLAB surgieron dos ideas que se evalúan para poner en práctica. “Vos en mi lugar”, el proyecto ganador, propone una campaña que lleve a reflexionar sobre cómo repercuten los bocinazos en los trabajadores de las cabinas de peaje. Otro proyecto buscaba agilizar el tránsito sobre la avenida R. Obligado, en la Costanera. La idea consiste en ubicar sobre el carril izquierdo los giros hacia Aeroparque, de modo que el paso de estos vehículos afecte sólo al tránsito que circula hacia el Centro.