TURISMO
Turismo y tendencias

5 imperdibles del Meatpacking en New York

Es uno de los distritos con más movida de Manhattan. Con propuestas de gastronomía, cultura, paseos y compras. Los puntos más recomendados para visitarlo.

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Vista del Meatpacking desde el High Line, el jardín en altura construido sobre antiguas vías del tren. | Paulina Maldonado

Un cowboy vestido íntegramente de blanco con lentes de sol naranjas que juega a las bochas. Dos chicas orientales con los últimos diseños de las mejores casas de moda registran cada movimiento con una foto. Una mujer toma un jugo detox en un bar que simula ser una pileta, con inflables incluidos. Todas estas escenas se cruzan cuando uno camina por el Meatpacking, uno de los distritos con más estilo y carácter de New York. 

Seis calles concentran en sus alrededores lo mejor de la movida neoyorquina. El pequeño barrio, situado en el lado oeste de Manhattan, tiene las propuestas más interesantes de moda, cultura, diseño y gastronomía. Es una parada imprescindible para conocer y disfrutar la propuesta cultural y la vida social de New York. Aquí cinco puntos imperdibles para recorrerlo:

1. High Line Park

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Este paseo al aire libre es una de las grandes atracciones del barrio. Es un jardín en altura, construido sobre las vías de un antiguo ferrocarril, que ofrece unas vistas espectaculares de esta zona de Manhattan. 

En épocas cálidas es ideal para una caminata al sol y disfrutar de un espacio verde en medio de los edificios de la ciudad. Algunos sectores tienen grandes sillones de madera o gradas, para detenerse en el paseo y disfrutar del paisaje.

En algunos puntos del recorrido hay pequeños foodtrucks para comprar algo rápido para comer o tomar. También se pueden observar interesantes muestras de arte urbano a lo largo del circuito.

 

2. Intersect

Todo en este espacio que Lexus, la marca de autos japoneses de lujo montó a fines de 2018 está pensado para potenciar la experiencia de quienes atraviesan sus puertas. Abierto a todo público, propone convertirse en un centro de cruce de vivencias (de allí su nombre) de diversa índole. 

En un mismo lugar se puede disfrutar de la mejor gastronomía (desde este mes con los platos que ofrece el chef argentino Tomás Kalika, que trasladó por cuatro meses el restaurante Mishiguene de Buenos Aires a esta sede); comprar exclusivos productos diseñados para la marca (basados en el concepto Takumi, una antigua palabra japonesa que se refiere al valor de lo artesanal); y apreciar muestras de arte y la más alta tecnología. 

Es el tercero que la firma abre en el mundo, después del de Tokio y Dubai.  Uno de los detalles más llamativos son sus paredes con texturas. Una está cubierta con 1.200 autos de miniatura. Otra, es una instalación con piezas mecánicas de vehículos de la marca (desde el primer modelo LS 400 de 1990 hasta las del último modelo deportivo LC 500)  pintadas de blanco, que abarca dos pisos y pesa más de 2 toneladas

El lugar es ideal para quienes disfrutan de los autos de lujo y la buena vida. Todo aquí se rige por el concepto de Omotenashi, que podría traducirse como la versión japonesa de la hospitalidad. Aunque no es una concesionaria y la presencia de lo automotriz se advierte con sutiles detalles de la decoración, como en las pantallas de bambú que simulan las parrillas de los Lexus y cubren las ventanas del segundo y tercer piso. 

Son super recomendables la cafetería que funciona en el primer piso, y el Cocktail Bar and Lounge, que cuenta con un barra de 360 grados, con algunos de los mejores cócteles de la ciudad. 
 

3. Whitney Museum

Esta sede fue inaugurada a principios de mayo de 2015 y se convirtió en un punto cultural destacado del distrito.  Dedicado a la pintura, escultura, dibujo, fotografía y vídeos. Con obras de Edward Hopper, Georgia O'Keefe, entre otros. 

Pero más allá de las más de 20 mil obras de arte moderno americano que forman parte de la colección permanente, el edificio en sí merece una visita. Tiene 20 mil metros cuadrados y fue construido por el arquitecto italiano Renzo Piano, a cargo del diseño del Centro Pompidou en París y del edificio The Shard en Londres. 

Además de disfrutar del buen arte son super recomendables las vistas desde las terrazas al aire libre que tiene el museo, que está ubicado a solo unos pasos del High Line. Hasta el 22 de septiembre tiene lugar La Bienal de Whitney 2019.

 

4. Chelsea Market

Parada obligatoria para todos los foodies, este inmenso mercado, armado en lo que fue una antigua fábrica donde dicen se crearon las galletitas Oreo, tiene de todo para comprar y comer, a precios super razonables. 

Con más de 35 locales, la variedad es increíble: hay buenos bares de ostras, puestos de vinos y quesos italianos, chocolaterías. También tiene librerías, bazares y tiendas de diseño y elementos de gastronomía. Miznon, un restó de street food mediterránea creado por el chef israelí Eyal Shani y el bar que vende fresh noodles, son de los más convocantes. 

Allí se puede comer a toda hora. Es una buena opción para desayunar en la mañana o también para comprar para llevar y disfrutar de un almuerzo al aire libre en el High Line. 

 

5. Le Bain, el rooftop de The Standard Hotel

El Meatpacking se destaca por la cantidad de bares, boliches y rooftops que reúnen a lo más destacado del mundo fashion de la ciudad.

Una de las opciones que vale la pena conocer es Le Bain (el baño en francés). Es una disco con una pileta dentro, como si fuera una bañadera gigante. Está ubicada en el piso 20 del The Standard Hotel. 

Así que además de escuchar buena música y tomar ricos tragos, uno puede darse un chapuzón en el medio de la noche. (Hasta hay toallones a disposición). Y un piso más arriba, una terraza espectacular con una vista privilegiada de Manhattan. Ideal para ver el atardecer o disfrutar las luces de la gran ciudad en una noche despejada.