Los correntinos afirman a quien quiera oírlo que la provincia “tiene payé”. La palabra en guaraní no sólo da cuenta de los orígenes de la tierra mesopotámica, sino que también obliga a la consulta: ¿qué significa que Corrientes tenga payé? Quiere decir que tiene un hechizo que hace regresar a quienes la visitaron.
Colonia Carlos Pellegrini es uno de los cuatro portales de acceso a los Esteros del Iberá. Se trata de una reserva que tiene 1.300.000 hectáreas ubicadas en Corrientes a la cual se puede llegar pasando la localidad de Mercedes, de donde se conecta por un camino de tierra y ripio que sigue de la Ruta Provincial 40. Parte del paisaje, con un sol potente a principios de marzo, anuncia lo que se verá en el corazón del Iberá: hay ñandúes y carpinchos. Todos conviven en el mismo sitio con caballos y vacas porque la ganadería se practica como sustento económico.
Al costado del camino, a pocos kilómetros de la llegada a Carlos Pellegrini, se encuentra la estancia Rincón del Socorro que adquirió en 2001 el norteamericano Douglas Tompkins para cederla posteriormente al Parque Nacional Iberá. Culminado el camino, una de las opciones para explorar la Laguna Iberá es hacer un paseo en lancha a cargo del Lodge Aguapé, un lugar donde incluso el viajero puede hospedarse.
“El yacaré sale a la superficie para recuperar la temperatura corporal”, dice el guía que comanda el paseo. Los yacarés se ven dentro del agua, con los ojos en la superficie, y también en las islas flotantes, que son concentraciones de vegetación que suben o bajan con el nivel del agua. Es un paisaje de pura naturaleza: los reptiles conviven con los carpinchos, los ciervos del pantano y aves como las garzas moras. Lo recomendable es llevar una guía con fotos para poder apreciar las decenas de plumíferos que surcan el cielo.
Rumbo a Carlos Pellegrini una de las opciones para los viajeros es pedir hospedaje en el Lodge Arandu. La posada cuenta con habitaciones de hasta tres camas, con pileta climatizada y un diseño que se complementa con la naturaleza. El desayuno y la amabilidad de sus dueños, Patricia y Fabricio, son dos elementos sustanciales a la hora de elegir este lugar.
Como la oferta es variada también hay otras opciones más económicas como el camping municipal, un ambiente dotado con baños, espacio para desplegar la carpa, parrillas techadas con mesas e incluso un almacén para abastecerse de comida y bebida. El lugar tiene amplia vegetación, tierra anaranjada y allí predomina el silencio. Para entrar en contacto con el pulso de los esteros es recomendable el paseo en kayak por la laguna que rodea el camping, una forma de vivir en primera persona la posibilidad de navegar por las aguas correntinas.
A pocos metros del camping, el paseo se puede continuar en la Reserva Natural Iberá. Si bien la sequía que golpeó a gran parte del país cortó parte de los afluentes, el recorrido por las pasarelas y la Sala de Interpretación (un sitio donde se puede interactuar con una pantalla gigante que explica la conformación de los Esteros del Iberá) son claves para entender la flora y su fauna.
Almorzar en una posada junto con un paseo a caballo
Carlos Pellegrini posee diferentes lodges que cuentan con servicio de hospedaje, comida e incluso viajes que organizan sus propios dueños. Uno de los sitios que conjuga todas estas actividades es la Posada de la Laguna. Allí se sirven cuatro comidas, se pueden armar hasta dos excursiones y hay desde habitaciones dobles hasta quíntuples.
El viaje continúa en la Eco Posada con Estrella y José, los dueños del lugar. “Los turistas creen que acá la gente es pobre pero es un modo de vida”, dice el hombre sobre la composición de Carlos Pellegrini. Aclara, además, que hace una década funcionaba con asiduidad el trueque como forma de obtención de bienes.
Luego José se convierte en el instructor de la cabalgata por la estancia El Naranjito, ubicada en el Estero Camba Trapo. El viaje se torna particular porque a la nube de humo que avanza en el aire se suma una lluvia leve con viento. El instructor hace caso omiso e invita a seguir a caballo, lo cual le agrega otra tonalidad a la aventura rural. El paseo es recomendable para quienes gusten de un recorrido por el campo para disfrutar de los animales y la vegetación.
El cierre de la jornada fue con una cena show que la comunidad de Carlos Pellegrini organizó en solidaridad con los bomberos voluntarios de Ymbyaty, donde sirvieron una cena y llevaron adelante un espectáculo de chamamé.
Viaje de pesca a Esquina y paseo por el Río Paraná
Uno de las visitas impostergables en la ciudad correntina de Esquina es la estancia La Pelada, propiedad de Augusto Rohner. El dueño es el mismo que recibe a quienes llegan para hospedarse e incluso encabeza el paseo por todo el lugar.
En el camino, Rohner cuenta que su padre decidió construir la fastuosa casa en un monte donde no había nada e incluso agrega que le vendió un caballo pura sangre al ahora Rey Carlos de Gran Bretaña. Los Rohner son, además, una de las familias reconocidas de la provincia.
“Los chicos son mis mejores huéspedes”, confiesa el hombre, que además indicó los cambios que generó la pandemia en las visitas a la estancia. “Antes venían más los extranjeros, pero luego del 2020 los que arriban son mayormente argentinos. Dentro de los servicios que ofrece el hospedaje hay paseos en lancha y a caballo, además de múltiples actividades rurales.
Rohner explica que la ganadería es el motor del lugar, aún por encima del turismo, y describe que las miles de hectáreas de La Pelada tienen alrededor de 15 lagunas. En el ecosistema conviven además yacarés y carpinchos.
De regreso a Esquina, hay una diferencia manifiesta con Carlos Pellegrini respecto a la composición de sus casas, calles y edificios. Como una de las actividades que predomina es la pesca, hay posadas variadas para quienes amen el contacto con el río. Una de ellas es la Posada Aventura, un lugar donde se puede descansar y además coordinar un viaje en lancha para conocer el Río Corriente. El lugar tiene servicio de desayuno, almuerzo y cena.
El día que sigue comienza con un paseo en lancha que parte desde las costas de la Posada Aventura y un paseo por la costanera de Esquina. En el paisaje se combinan la Iglesia Santa Rita y el puerto. Río adentro, hay pescadores que partieron bien temprano para aprovechar el mejor horario. El instructor de la lancha, que pide que lo llamen “Pecho”, señala con el dedo el contexto donde se conjugan la inmensidad del río con la vegetación marina y la tranquilidad.
Mientras, el paseo continúa por un brazo del río Corriente para pasar al Paraná. Allí remarcan los lugareños que existe una zona especial de dorados, un lugar inmejorable para hacer pesca aventura en Esquina.
El trajín del paseo mañanero por el río se transforma en un buen momento para recuperar energías con el almuerzo y un punto recomendado en la zona es la Posada Hambaré. Es un lugar que cuenta con 33 habitaciones que pueden ser hasta quíntuples y ofrece paquetes completos con desayuno, almuerzo, merienda y cena, a pedido del cliente. La carta para comer es extensa y los platos recomendados son los pescados. Será el último destino antes de partir hacia Corrientes capital.
Un paseo en el río por la capital correntina
La llegada nocturna a la capital de la provincia impacta por la simultaneidad del movimiento constante, el diseño de sus edificios y las luces, todo un signo de que se trata del lugar donde reside el gobierno central.
En ese plano, dos de los eventos que pueden realizarse para combinar comfort y una noche de cena en la ciudad de Corrientes son hospedarse en el Hotel Identidad y comer en el vistoso Cristóbal, ubicado a pocas cuadras de la playa. La agenda continúa a la mañana siguiente con un desayuno en el hotel.
Para aprovechar el día antes del almuerzo, la recomendación es realizar un paseo náutico por el Río Paraná, a los pies del Puente General Belgrano que conecta Corrientes con Chaco en un largo de 2.600 metros. Este año, el brazo de concreto cumple 50 años.
Ya en el viaje pueden observarse a los pescadores que utilizan mallas para pescar (se los denomina malloneros) en simultáneo con islas flotantes y barrancos con vegetación. El sol y el viento que corre a bordo de la lancha paseando por el río conforman un combo altamente disfrutable. Es por ello que, cuando la guía del viaje explica por qué Corrientes tiene payé, se torna imposible desestimarla: hay un hechizo que obliga a volver.
GI/fl