Uno de los desafíos del sistema universitario en la Argentina radica en cómo compatibilizar masividad con calidad y eficacia en función de la formación de profesionales y su graduación.
Con el crecimiento de la matrícula gracias a las mayores posibilidades de acceso a la educación superior a partir de la eliminación de aranceles durante el primer gobierno peronista y, luego, con la creación de nuevas universidades en la década del 90 y en los últimos diez años, se generó una nueva agenda en el debate universitario: las tasas de rendimiento y deserción.
La Universidad Nacional de La Matanza (Unlam), enclavada en el partido con más habitantes del país, se referencia en este imperativo desde su origen, vertebrando sus acciones en beneficio de lograr un equilibrio entre la inclusión, la accesibilidad y la eficacia.
Bajo ese norte es que, actualmente, la Unlam cuenta con 55 mil alumnos y es la universidad de mayor matrícula del conurbano y la segunda de la Provincia de Buenos Aires. Así, también se posiciona como una de las instituciones públicas de educación superior con mayor tasa de graduación. Un informe del Centro de Estudios de la Educación Argentina indica que esta universidad luce uno de los mejores índices de egresados con un promedio de 45,8 graduados cada cien ingresantes, superando con amplitud el promedio nacional de 27,4.
Y es, también, por estas razones que esta institución es considerada una de las cinco entidades educacionales y de formación más destacadas de la última década, según el criterio de la Fundación Konex, otorgándole el Diploma al Mérito 2018.
Los logros alcanzados en la actualidad son el resultado de políticas y acciones tendientes al acompañamiento de los estudiantes que la Unlam aplica desde su etapa fundacional.
Su estatuto explicita que la oferta académica debe contener carreras que respondan a las necesidades actuales del medio, con titulaciones con rápida salida laboral y con un régimen curricular ágil que permita la movilidad hacia otras carreras dictadas por la propia universidad.
Así, a lo largo de sus 29 años de historia, se desarrollaron dispositivos de contención académica para tres momentos específicos de la vida universitaria de nuestros alumnos: el acceso, el tránsito (que implica retención) y la graduación.
Acceso. El ingreso a la universidad es un proceso que debe abordarse en el anteúltimo año de la escuela de educación secundaria y acompañarse hasta la consolidación del alumno en su oficio de estudiante universitario.
Hemos denominado “Ingreso Responsable” a este recorrido, debido a que la institución asume un compromiso de inclusión y de accesibilidad al contemplar la problemática que implica recibir una gran masa de aspirantes con desniveles en su capital cultural y educativo.
Esta etapa, de tres años de duración, es sostenida mediante un dispositivo integrado por varios componentes.
Articulación con el nivel medio. La vinculación con los últimos años de la escuela incluye la organización de una Feria Educativa en la que los adolescentes visitan la universidad. En ella, los alumnos acceden a la información sobre la oferta educativa y cuentan con la posibilidad de conversar con los coordinadores de las carreras para conocer experiencias de las diferentes profesiones.
Se pone a disposición de los jóvenes un servicio gratuito a la hora de decidir la elección de la carrera a seguir.
Curso de ingreso. Puede ser cursado en simultáneo con el último año de la escuela secundaria. Las evaluaciones incluyen oportunidades de recuperatorios en varias instancias. Se destaca la atención particular brindada al alumno a partir de tutorías específicas.
Tránsito. Consolidado su ingreso, los alumnos son acompañados en sus primeros años de estudios universitarios a través de las siguientes acciones:
Sistema integral de tutorías. Implementado desde el primer año, tiene el objetivo de que el alumno incorpore los hábitos y las herramientas necesarios en la construcción del oficio del estudiante universitario, ya sea a través de tutorías vinculadas a asignaturas o tutorías de carácter académico como las relacionadas con el fortalecimiento en técnicas de estudio.
Flexibilidad en el traspaso de carrera. Nuestra universidad aprobó un sistema de homologación de asignaturas interdepartamental que permite acceder al traspaso de carrera con el reconocimiento de trayectos formativos.
Polo Tecnológico. En el caso de las ingenierías, y ante la situación del alumno que abandona sus estudios al obtener empleo, creamos las condiciones para que las empresas se instalen en el propio campus y nuestros estudiantes puedan realizar prácticas rentadas a los fines de culminar su trayecto formativo.
Graduación. Los esfuerzos y recursos de los alumnos y de la propia institución se ven reflejados en el acceso a un diploma que, concluido el tercer año de estudios, permite acreditar una formación académica de pregrado que impacta positivamente en términos de credenciales para el mundo del trabajo.
Con relación a la titulación de grado, cada departamento académico de nuestra universidad estableció una estrategia de acompañamiento que facilita la presentación de los trabajos finales integradores y las prácticas preprofesionales en el último año de las carreras a los efectos de estimular la graduación.
En ese sentido, hay que destacar el alto índice de graduación obtenido en nuestra primera cohorte de la carrera de Medicina en la Unlam. Con 132 ingresantes y luego de transcurridos los seis años previstos de duración de la carrera, 53 graduados obtuvieron su título de médicos. Estos egresados se presentaron durante este año en el examen único de residencia y han obtenido excelentes calificaciones situándose dentro del quintil más alto.
Este conjunto de estrategias diferenciales, en correlato con las etapas en las que transcurren nuestros alumnos, solo pueden ser llevadas adelante en virtud de la organización académica articulada en un Sistema Departamental cuyos recursos son destinados a la formación y la investigación.
La meta de conciliar masividad con accesibilidad y calidad requiere esfuerzos articulados y de permanente revisión de las estrategias. La Unlam está en ese camino y nos sentimos muy orgullosos de todo lo logrado hasta el momento.
* Rector de la Universidad Nacional de La Matanza (Unlam).