Para cualquier familia es un combo ideal: ir al Teatro Colón para ver y escuchar la obertura de las películas más icónicas de Disney y todas sus sub marcas. Por eso, durante las primeras de las nueve noches en las que el espectáculo Magia y Sinfonía se representa en la sala más importante del país se llena de niños, adolescentes, jóvenes, padres y abuelos que se sacan selfies en su impresionante estructura mientras esperan, ansiosos, que comience la función, que lo hace con puntualidad prusiana.
Y no salen defraudados pese a ser testigos un espectáculo inusual: un híbrido que une la ejecución soberbia de temas exitosos de películas, cuyas imágenes se pasan en una pantalla gigante detrás de la Orquesta Estable del Teatro Colón dirigida por Thiago Tiberio (maravillosos todos) combinado con pasos teatrales y la interpretación en vivo de las canciones más conocidas de los filmes animados de Pixar. Por supuesto que están las otras franquicias como Star Wars, Marvel y National Geographic.
Se trata de la tercera colaboración entre Disney y el Teatro Colón, siempre con entradas agotadas y una excelente puesta en escena que incluye mapping y otros efectos, y que arranca aplausos fervorosos en todo el recinto. Es que los músicos suenan de manera tan maravillosa que, cuando el espectador cae en la cuenta de que esa canción que siempre le ronda la cabeza está siendo interpretada en vivo por más de 70 instrumentistas no puede evitar maravillarse. Entre los músicos hay varias hileras de violines, oboes y un importante sector de percusión, todos dispuestos a reproducir las partituras creadas por John Williams, Alan Menken o Hanz Zimmer de manera magistral. A ellos se suman un numeroso grupo de cantantes y bailarines que teatralizan los temas tan queridos por todos y que más de uno canta desde la platea.
Y sin dudas el espectáculo intenta balancear lo decididamente infantil con la parte incidental más cercana a los adultos, aunque quizás en este momento los más chiquitos se aburran un poco. Por ejemplo, que la primera canción de la noche sea Nuestro huésped sea usted, de La Bella y la Bestia, predispone inmediatamente a la celebración. Ni que hablar cuando aparecen Woody y Buzz Lightyear para el momento de Tu amigo fiel, de Toy Story, acompañados por gritos y aplausos. Es que a eso fueron las familias, a hacer felices a los pequeños, y sentirse felices ellos también.
Son los mismos nenes que se ponen inquietos cuando Avengers Endgame copa el escenario con imágenes constantes de pelea y destrucción, algo que se repite para el segmento de Star Wars, estelarizado por Darth Vader y los Stormtroopers, que sin dudas los adultos disfrutan. La pregunta es: ¿hacía falta elegir esos fragmentos de las películas? Bueno, en el caso del ataque a la Estrella de la Muerte por parte de Luke Skywalker si, ya que es el momento culminante. Quizás eso será algo para revisar en el futuro. Incluso en el segmento de National Geographic, las maravillosas escenas de animales en su mayoría son de lucha o de caza, y aquí si que los niños miran embelezados..
Un comentario: por tratarse de cantantes en vivo junto a una orquesta numerosa (que suena como los dioses), los intérpretes usan micrófono inalámbrico pero, aún así, a veces no se los escucha o no se entiende qué están diciendo. Parecería que la ecualización los deja en desventaja.
Pero son apenas detalles dentro de un show de innegable calidad, con sincronismo total entre lo que se ve y lo que se escucha, y que involucró a un importante número de personas en la realización. Mención especial merece el bellísimo vestuario diseñado por Javier Ponzio, que supo recrear la identidad de cada segmento trayéndolo a la vida real. Maravilloso. Y a la salida hay una exhibición de objetos preciosos de la factoría y estatuas de algunos personajes para fotografiar. Un combo completo.
Las funciones restantes serán 15, 16, 17, 18, 19 y 20 de febrero. Aquí encontrás info sobre las entradas.
