En un encuentro que parecía tranquilo, Gonzalo Bergessio abrió el marcador para lo de avellaneda a los 17 minutos, con un remate arriba y luego de una serie de rebotes que habían dejado desacomodado al arquero local, Mario Cuenca, ex Racing.
De inmediato, los dirigidos por Gustavo Alfaro mostraron su mejor intención con la pelota. De esa forma, el club fundado por los Grondona encontró espacios para llegar al arco de Gustavo Campagnuolo.
Finalmente el empate llegó. Después de un centro lanzado desde la punta izquierda , el número 4, Jorge Ortiz, conectó el esférico con la cabeza, para dejar sin respuesta al excelso portero académico.
El resto del primer tiempo mantuvo la misma tendencia: los de Sarandi, con un juego ordenado de conjunto, siempre al acecho para generar nuevas posibilidades de gol. Así, el equipo de los de Alfaro, tuvieron la oportunidad más clara de la primera mitad: Mauro Obolo, no pudo darle con fuerza al balón luego de dejar atrás al arquero racinguista.
Pero el segundo tiempo fue otro partido. Cuando todavía los equipos no se había organizado en el campo de jugo, apareció el juvenil Maximiliano Moralez que, tras recibir un centro atrás, remató violentamente contra el palo izquierdo de Cuenca, que no pudo alcanzar a desviar el disparo.
A partir del gol, Racing, a su manera, controló el partido. Se plantó prolijamente en la zona defensiva, a la espera de conformar alguna salida rápida de contraataque.
Arsenal, que no pudo repetir el vistoso juego de la primera mitad, parecía estar enmarañado en la dura defensa que mostraban los de Merlo que, con mucha gente en el fondo, aguantaba el resultado positivo.
Pero a dos minutos de los 45, tras una jugada desprolija, el atacante que había tenido la más clara del primero tiempo, Mauro Obolo, logró el empate que le quitaba los tres puntos a La Academia.
A pesar que el empate había llegado sobre el final, no todo había terminado ahí; tres minutos más tarde, cuando se jugaba el descuento, vino un nuevo centro, aparecieron más dudas en la última línea de Racing, y apareció Juan Caffa para darle un triunfo heroico al equipo de Alfaro.
El equipo de Merlo, que aparentó especular demasiado, sufrió las ganas de los locales, que nunca se dieron por vencidos, incluso, después de haber logrado el empate sobre el final del cotejo, fueron en busca de un triunfo que, la perseverancia ,y especialmente Caffa, le regalaron.
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