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Lula sigue buscando un lugar protagónico para Brasil con su propuesta para Ucrania

El Presidente brasileño, de visita oficial en Portugal, volvió a proponer un diálogo de paz en la guerra de Ucrania, sin tener en cuenta las objeciones de Kiev, pero también de Estados Unidos y la Unión Europea, sobre la necesidad de que Rusia abandone tierras invadidas antes de que se inicie una negociación formal. Lula confirmó que rechazó una venta de armas a Alemania que irían a las tropas ucranianas. “Si esas armas mataran a alguien, Brasil estaría en guerra”, dijo. El presidente portugués se diferenció, subrayó que Moscú “violó el derecho internacional” y que Ucrania tiene derecho a defenderse.

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Solemne. Lula durante una de las etapas de su visita y junto al presidente portugués Marcelo Rebelo de Souza. | AFP

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, comenzó ayer en Liboa una nueva etapa de su política exterior que busca consolidar a Brasil como un actor global, para la que ejerce de hacer semanas una delicada labor de equilibrista. 

Lula insistió ayer en la capital portuguesa en la necesidad de una paz “negociada” entre Rusia y Ucrania, al iniciar una visita a Portugal, cuyo presidente Marcelo Rebelo de Sousa, un convencido europeísta, le adviritó que su llamado al diálogo puede “beneficiar al infractor”, es decir a Rusia, que invadió Ucrania el 24 de febrero de 2022. Un cuestionamiento que se suma a los que ya hicieron llegar tanto Estados Unidos como la Unión Europea.

“Al mismo tiempo que mi gobierno condena la violación de la integridad territorial de Ucrania, defiende una solución política negociada del conflicto”, declaró el ícono de la izquierda latinoamericana en Lisboa, tras reunirse con Rebelo de Sousa.

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Durante su reciente visita a China, Lula llegó a decir que la decisión de Estados Unidos y de la Unión Europea de abastecer de armas a Ucrania para defenderse de la invasión era una forma de estimular el conflicto. En Lisboa, invirtió el razonamiento: “no hablar de paz implica contribuir a la guerra”, sostuvo.

“Necesitamos urgentemente que un grupo de países se siente a negociar tanto con Ucrania como con Rusia para buscar la paz”, subrayó Lula. “Es mejor encontrar una salida en una mesa que seguir tratando de encontrarla en el campo de batalla. Para parar la guerra tiene que haber alguien que hable y Brasil está dispuesto”, agregó. 

“La posición de Portugal es diferente”, puntualizó rápidamente el mandatario de este país miembro de la Unión Europea (UE) y de la OTAN y uno de los primeros en suministrar tanques a Kiev. 

“El presidente Lula considera que el camino hacia una paz justa y duradera supone priorizar la vía de la negociación”, dijo Rebelo de Sousa. Pero “la posición portuguesa es diferente: sostiene que un eventual camino hacia la paz supone el previo derecho de Ucrania a reaccionar a la invasión, recuperando lo que pueda o quiera recuperar de su integridad territorial”, afirmó. Y eso se debe a “una cuestión de principio, que es el de no beneficiar al infractor”, remachó.

Para el presidente portugués es neceasrio seguir ayudando a Ucrania a defenderse de la agresión rusa y recordó que Rusia violó los principios básicos del derecho internacional. 

Sin embargo, Lula cuestionó el envío de armas y recordó que rechazó una petición que le hizo el canciller de Alemania, Olaf Scholz, para vender misiles que posteriormente pudiesen ser donados a Ucrania. “Si estos misiles fueran usados y un ruso muriera, sería culpa de Brasil, Brasil estaría en guerra”. Según versiones que circularon en la prensa brasileña, fue el propio Putin quien le pidió que no vendiera esas armas. En su primer viaje a Europa desde su regreso al poder en enero, Lula, que había ejercido la presidencia entre 2003 y 2010, optó por realizar una visita de cuatro días a la antigua potencia colonial, que alguna vez tuvo la sede del imperio en Río de Janeiro, de la que Brasil se independizó en 1822. La segunda y última etapa de esta minigira será España, a partir del martes.

“Propaganda rusa y china”. En su búsqueda de mejorar la imagen de su país en temas ambientales tras la gestión de su predecesor Jair Bolsonaro (2019-2022) y de erigirse en posible mediador de paz, Lula viajó en febrero a Estados Unidos, donde se reunió con el presidente Joe Biden.

Pero pareció trastabillar, cuando tras reunirse este mes con su par chino, Xi Jinping, instó a Estados Unidos a dejar de “alentar la guerra” en Ucrania, que resiste desde hace más de un año a una invasión rusa, y pidió a la UE “empezar a hablar de paz”. 

Previamente había sostenido que las responsabilidades de la guerra desencadenada por la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022 son compartidas entre los dos países. 

Estados Unidos no tardó en acusar a Lula de “hacerse eco de la propaganda rusa y china, sin tener en cuenta los hechos”. 

Lula recibió el lunes en Brasilia al canciller ruso, Serguéi Lavrov, quien “agradeció” a Brasil por su “contribución” en la búsqueda de una solución al conflicto y por “su excelente comprensión de la génesis de esta situación”.

Ucrania invitó la semana pasada a Lula a visitar Kiev, para que “comprenda las causas reales y la esencia” de la guerra.

Representantes de la comunidad ucraniana en Portugal se reunieron el viernes con miembros de la delegación brasileña y Lula anunció que enviaría a Kiev a su principal consejero diplomático, Celso Amorim, que ya se reunió semanas atrás con Vladimir Putin, para un encuentro con el presidente Volodimir Zelenski.

“Brasil está determinado a contribuir a la promoción del diálogo y de la paz, y a poner fin a este conflicto”, insistió Brasilia en un comunicado.

Homenaje a Chico Buarque. En la cumbre luso-brasileña, la primera en siete años, se firmarán una docena de acuerdos bilaterales, principalmente en los sectores de la energía, la ciencia, la educación y el turismo. 

Mañana, después de un encuentro con empresarios cerca de Oporto, en el norte del país, Lula participará en la entrega de la máxima distinción de la literatura de lengua portuguesa, el Premio Camoes, al célebre cantante y autor brasileño Chico Buarque. 

Este artista, conocido por su compromiso con la izquierda y contra la dictadura militar brasileña (1964-1985), fue el ganador en 2019, pero Bolsonaro se negó a firmar los documentos necesarios para que se le entregara oficialmente el premio.  

El martes, Lula pronunciará un discurso ante el Parlamento portugués previo a las conmemoraciones del 49 aniversario de la Revolución de los Claveles, que puso fin a 48 años de dictadura militar y a 13 años de guerras coloniales del país europeo en África.

 

Mercosur, una prioridad

Agencias

“Si depende de mí, vamos a rearticular la unidad de América del sur, porque queremos probar que junto ssomos un gran bloque económico y juntos tenemos muchas más oportunidades de negociar igualdad de condiciones con la Unión Europea”, dijo ayer Lula da Silva durante la ceremonia en la que Brasil y Portugal firmaron 13 acuerdos de cooperación. 

La llegada de Lula al poder cambió el escenario en torno al acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur. Las negociaciones formales concluyeron en 2019, pero varios países, liderados por Francia, advirtieron que no estaban dispuestos a referendarlo por la política ambiental del entonces presidente Jair Bolsonaro. Analistas también advirtieron que el Parlamento Europeo nunca aprobaría el pacto por las mismas razones, con la deforestación récord de la Amazonia como causa principal. 

Pero Lula otorgó prioridad absoluta a la cuestión ambiental, antes incluso de asumir, cuando participó de la cumbre del clima en Egipto. El mandatario logró inclusive que Francia y Noruega vuelvan a aportar al Fondo Amazonia e incluso el presidente Joe Biden prometió recursos adicionales.