IDEA intentó este año abrir el juego a los temas de género, o evitar las críticas por su todavía claro predominio masculino. El Coloquio tuvo su segunda presidenta mujer: Rosario Altgelt, de la línea aérea Latam. La anterior había sido, hace cuatro años, Isela Costantini, en ese momento en General Motors.
La entidad empresaria tiene un marketing cuidado y corrección política. Y cumplió con las exigencias de mínima: una mujer en cada panel –aunque en varios casos no fueron expositoras sino las moderadoras-. Incluso en la cartelería incluyó la iconografía de mujeres y hombres por igual.
La reunión anual en Mar del Plata prometía dos paneles para dar “un giro copernicano” en inclusión. Dos bloques de cinco (5) minutos cada uno, sin debate, con videos de empresarios que abogaban por la inclusión de mujeres y daban ejemplos. Todo después del almuerzo, el horario clásico de las charlas sobre género que sufren el vacío de quienes estiran la sobremesa (total está “lo de mujeres”).
La corrección política no tapa la falta de líderes. O que las “azafatas” de la cena cortesía del HSBC y Zurich fueran todas mujeres. O que a la hora del pasilleo los hombres se abren paso sin importarles si se lo cortan a una moza que viene cargada con una bandeja de bebidas. Por todo eso se necesitan más mujeres. Pero también, porque en las pocas veces que tomaron la palabra, fueron muy eficaces. Al hablar del rol de los empresarios, Carola Fratini Lagos, de Zurich, dejó siete puntos claros mientras muchos de sus colegas hicieron gala del arte de hablar mucho y no decir nada.
Objetivo. IDEA tiene un departamento de Diversidad que listó diez motivos para repensar la igualdad. Los folletos se acumularon en el exhibidor. Una de cada dos mujeres se sintió discriminada en su carrera. El 77% de las mujeres considera que los hombres cobran más. El 52% de los hombres cree que la desigualdad no existe. El 21% de las mujeres se siente sobrecalificada para su puesto actual. El 52% de las mujeres siente el impacto del cuidado de los chicos en su carrera. Y más.
En paralelo al Coloquio se armó un almuerzo del que participaron diez hombres y diez mujeres, “para no hablar de la importancia del liderazgo femenino sólo entre mujeres”. “Se resolvió trabajar en tres grandes aspectos: en la contratación, que haya mujeres en cada terna; en el desarrollo de liderazgo para ocupar posiciones de mando, ayudarlas a hacer contactos; y trabajar la retención de las mujeres cuando deciden ser madres, con un esquema flexible de trabajo”, explicó Laura Altavilla, directora regional de Whirlpool. Participaron CEOs de Google, L’Oreal, Naranja, IBM, Mercer, Visa, Manpower y DOW, entre otras.
El planteo por la falta de mujeres empresarias lo llevaron hasta la entrevista con el presidente Mauricio Macri. “Necesitamos más mujeres”, le dijo Altgelt, que le pidió una reflexión. Y Macri ensayó una: “Los planes sociales se orientaron cada vez más a través de las mujeres. La mujer lidera el 84% de los hogares a través de los que se organizan los planes sociales. Vamos a empezar a ver problemas de género al revés”, bromeó. Pero no dijo que si se organizan así es porque en las mujeres recae el rol de cuidado de la familia, o que tienen más problemas de empleo. O porque quizás, fueron obligadas a parir y se cortaron sus oportunidades de estudiar o buscar un trabajo, en un país donde el aborto sigue siendo clandestino y la presión conservadora es fuerte.
Si realmente el sector privado –no sólo los que están en IDEA, vale para todos- quiere cerrar la brecha, aprovechar el potencial del 51% de la población, no alcanza con el marketing. Tienen que poner el mismo énfasis en el lobby por las leyes que garantizan la igualdad de la mujer que el que se vuelca en la baja de la presión tributaria o el déficit fiscal.