ACTUALIDAD
Fuera de serie

Día del Animal: cuando el océano es una película de terror

En el fondo del mar existen casi un millón de especies animales, pero hasta ahora sólo pudieron clasificarse 230.000. Galería de fotos

Animales marinos raros
En el fondo del mar habitan animales raros y escalofriantes | Shutterstock

En el día del Animal recordamos y abrazamos a nuestras mascotas más próximas, pero hay otras con menos difusión ni conocimiento, sin dudas también menos amistosas, pero igualmente bellas –o incluso temibles- y sorprendentes. Según una investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, de la cual participaron 270 taxónomos –especialistas en clasificar especies- de 32 países, el océano es una inmensidad aún desconocida y sobre todo, superpoblada.

El CSIC contabilizó 972.000 especies diferentes del reino animal que habitan el fondo marino. Sin embargo, “sólo” pudieron reconocer y clasificar 230 mil de ese casi millón de seres vivos. Sus conclusiones se publicaron en la revista especializada Current Biology. 

Nuestro desconocimiento de los animales marinos es tan vasto que pocos han oído hablar de La Fosa de las Marianas, el punto oceánico más profundo de la Tierra. Esta depresión con forma de medialuna, que con sus extremos imaginariamente uniría Japón con Papúa Nueva Guinea, mide 2550 kilómetros de largo por 69 kilómetros de ancho. Con todo, lo más interesante es su profundidad: por lo que se ha logrado medir hasta ahora, alcanza los 11.034 metros en punto denominado Abismo de Challenger

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

 


Desde luego, lo que pueda llegar a encontrarse en el lecho de esa negritud casi congelada, soportando semejante presión de agua, es un enigma que sólo la ciencia ficción podría por ahora responder. Aún así, ya se conocen algunos datos, por cierto espeluznantes. Sin ir tan lejos –o tan abajo, en realidad- en esas aguas del Pacífico noroccidental habita el Diablo marino, un pez pequeño y de cuerpo deforme, con dientes tan terribles que le permiten devorar animales mayores que él mismo. Por un curioso giro evolutivo, los machos –mucho más pequeños que las hembras- se funden en el cuerpo de una hembra y viven eternamente así, como un parásito, depositando de por vida su esperma en ella. Están unidos por la desgracia. 

Si no lo conoció antes, Ridley Scott podría haberse inspirado en el tiburón duende para imaginarse a Alien. Viscoso, dientudo y baboso, puede llegar a medir seis metros de longitud. ¡Calma! Es muy improbable que lo encontremos, ya que sólo se lo llegó a ver por debajo de los 914 metros de profundidad. Qué podría decirse del pulpo dumbo, así llamado por su aspecto simpático y sus orejas enormes, pero que no es de fiar: come vivas a sus presas.

Crece el comercio ilegal de animales por internet: pagan hasta $ 2.500 por un loro

Hablando de animales aterradores, deberíamos mencionar al calamar vampiro -también bautizado calamar del infierno. Es negro, rojo y con unos tentáculos que parece que tuvieran los colmillos del conde Drácula. No mide más de 30 centímetros y habita a mil metros bajo la superficie del agua. Curioso es el caso del pez toro, que cuando se estresa suelta una toxina que envenena todo lo que lo rodea. En el ranking de los bichos abismales escalofriantes, debería también estar el lophiiforme. Además de feo, carga con una especie de brazo que le cuelga por encima de la cabeza, que no es sino un señuelo luminoso para atraer presas incautas. Hablando de fealdades, los biólogos coincidieron en darle el primer premio al pez borrón, inexpresivo, de cuerpo gelatinoso y amorfo. Sólo cuando está en casa, a 1.600 metros de profundidad, la presión de agua lo “embellece” un tanto.

La lista podría ser casi interminable: el tiburón anguila de 300 dientes, un perfecto asesino; el fangtooth o pez comillo –se imaginará porqué-; los picnogónidos, más parecidos a las arañas que a los peces; el Idiacanthus atlanticus alias pez dragón negro, que podría describirse como una serpiente peluda, de color azabache y ojos en globo; el Melanocetus johnsonii , una variante con cara de bóxer, ojos celestes y dientes largos y afilados. El panda skelleton o fish squirt es un esqueleto que nada: no tiene carne. Y en el caso del gusano bobbit (Eunice aphroditois) y el tiburón fantasma (Rhinochimaera) creo que sobran las aclaraciones. 

Los humanos en cuarentena y los animales en las calles en plena pandemia de coronavirus

Si todavía caben dudas, podría echar una mirada por twitter, en donde hay bastante material, alguno más aventurero que otros con mayor credibilidad. Tal el caso de las publicaciones del biólogo marino que se da en llamar capitán Kalgosh, y que desde Cádiz publicó una serie de imágenes dignas de una galería del terror. Como dicen sus seguidores, no hay nada como bañarse en la orilla del mar. 

De todos modos, los océanos también cobijan bellezas inconmensurables, como la de los pulpos manta, con aletas que se unen formando paños luminiscentes (ver video en esta nota) o la del dragón de mar foliáceo, un curioso animal de la costa sur de Australia que para despistar a sus depredadores, adopta la forma de una planta. Es pariente del caballito de mar y cuando la hembra queda embarazada, es el macho quien carga los huevos hasta que nacen. El mundo está lleno de sorpresas.

CP