El papa Francisco sufre una afección en su rodilla derecha que lo aqueja desde principio de años, pero este jueves 5 de mayo fue visto por primera vez en silla de ruedas. El pontífice debe hacer reposo y reducir sus traslados para acelerar su recuperación.
El papa llegó en silla de ruedas, acompañado por uno de sus colaboradores, a la audiencia prevista en el Aula Pablo VI del Vaticano con religiosas representantes de la Unión Internacional de Superioras Generales.
Puntualmente el papa padece una artrosis de la rodilla que le generó un problema en el ligamento y lo obligó a suspender audiencias y a dar sentado sus últimos discursos. Para bajar el dolor y agilizar su recuperación, Bergoglio, de 85 años, se realizó una infiltración el pasado martes.
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Una infiltración consiste en aplicar en la articulación, a través de una inyección, medicamentos antiinflamatorios, analgésicos o regenerativos.
Este año es el décimo de Bergoglio como Papa y en las últimas semanas debió disculparse con los fieles que asisten a sus audiencias por tener que pedirles que se acerquen para recibir la bendición, por su dificultad para moverse. Francisco, además, tiene problemas crónicos de ciática, que le suelen causar dolores fuertes y fue sometido a una delicada operación de colon en julio de 2021.
Si el papa no se recupera pronto deberá revisarse su agenda que incluye viajes al Líbano para mediados de junio y en julio tiene pautados viajes a República Democrática del Congo y Sudan del sur y Canadá.
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