La reforma judicial que impulsa el Gobierno volvió a convulsionar los ánimos dentro de Juntos por el Cambio, sobre todo porque envalentonó a los sectores más duros que se sintieron respaldados por la marcha del 17A. En ese marco, para pocos pasó desapercibido que no solo Mauricio Macri levantó el perfil y se involucró en temas de política local, sino también los otros dos fundadores de Cambiemos: Elisa Carrió y Ernesto Sanz.
En momentos donde la discusión sobre el liderazgo del espacio opositor volvía a recrudecer, las apariciones públicas de los tres referentes se interpretaron como señales de respaldo a la postura más confrontativa, aunque con posturas diferenciadas. Los tres estaban cumpliendo una autoimpuesta cuarentena política, atentos a la coyuntura pero sin involucrarse de lleno en los debates. Esta semana, los tres fundadores de la alianza decidieron cambiar la estrategia.
Desde Zurich, donde mantiene una agenda vinculada a su actividad como titular de la Fundación FIFA, Macri celebró la convocatoria a la marcha del 17A y se permitió subirse al ring de la confrontación local. Recién un día después tuiteó: “Orgulloso de los miles de argentinos que salieron ayer para decirle basta al miedo y al atropello, y sí al trabajo, al respeto y a la libertad”:
Orgulloso de los miles de argentinos que salieron ayer para decirle basta al miedo y al atropello, y sí al trabajo, al respeto y a la libertad.
— Mauricio Macri (@mauriciomacri) August 18, 2020
Eso le valió duras respuestas de Santiago Cafiero y Wado De Pedro, que aprovechan cada oportunidad para polarizar con el ex presidente.
El martes, además, hubo un nuevo Zoom de líderes de Juntos por el Cambio, en la que por tercera semana consecutiva dijo presente Macri. Allí, se le dio envión a la postura de aunar esfuerzos para evitar que el proyecto de reforma judicial se transforme en ley. La lectura que prima es que esa iniciativa es la punta de lanza para avanzar con más cambios en la Justicia.
Para Macri, además, la atención está puesta en las causas judiciales que tiene en su contra o de su familia. Más precisamente, en las últimas semanas se interiorizó en el caso Correo Argentino y las declaraciones que hizo la fiscal Gabriela Boquin ante la bicameral del Congreso que investiga al procurador Eduardo Casal. El ex presidente sostiene que esa causa la impulsa Cristina Kirchner para involucrar a tres de sus hijos (que son accionistas de la empresa) como una supuesta venganza por la situación judicial que atraviesan Máximo y Florencia en Hotesur y Los Sauces.
La reaparición del ingeniero en la discusión interna sirvió también como un espaldarazo para Patricia Bullrich, que lidera el ala más dura de JxC. Este jueves, justamente, compartió una charla con Sanz, en la que celebraron que como oposición estén “soplándole la nuca” al Gobierno. El radical aprovecha los eventos virtuales para mantener su supuesto retiro político en Mendoza pero recuperando presencia en la discusión interna. En el Zoom con Bullrich siguió con la línea que viene manteniendo en las reuniones con sus correligionarios: lograr administrar las diferencias internas y sacar provecho de esa diversidad.
Carrió, en tanto, dio una entrevista en la previa a la marcha y otra después. Mantuvo posiciones duras pero alertó a los propios con dos cuestiones: que nadie se arrogue el liderazgo de la movilización y la necesidad de no radicalizar el discurso. “Eso es funcional a Cristina Kirchner, hay que mantener un diálogo mínimo con el Presidente”, dijo.