Esta no es la mejor semana para Emmanuel Macron. Criticado en Francia por haber arengado al equipo de fútbol de su país en el vestuario de los jugadores, tras la derrota frente a Argentina, publicó este lunes dos tuits apoyando lo acordado en Montreal sobre el salvataje de la biodiversidad planetaria.
“Con el acuerdo decidió en la COP 15, se ha fijado el rumbo para proteger nuestra biodiversidad a nivel mundial. Ahora, demos lugar a las acciones”, escribió Macron.
“Poner fin a la polución de plásticos, plantar mil millones de árboles, desarrollar alternativas a los pesticidas, promover la agroecología, proteger el Mediterráneo y los océanos… En Francia no soltaremos nada para restaurar la biodiversidad”, agregó luego eufórico.
En Qatar, Macrón derrochó 31 años de un sueldo mínimo
Este martes, sin embargo, el periódico francés Le Point hizo cálculos y sorprendió a sus lectores con un dato interesante: “Los dos viajes de ida y vuelta de Emmanuel Macron a Qatar para asistir a la semifinal contra Marruecos y a la final contra Argentina han costado alrededor de 501.000 euros al contribuyente, es decir 31 años del sueldo mínimo”.
Le Point realizó ese cálculo a partir de los costos por hora que maneja el Tribunal de Cuentas de París y el mismo Palacio presidencial del Elíseo y los compararon con los costos de desplazamiento de los dos aviones implicados, el Airbus A330 y el Falcon 7X.
“Nuestra estimación de la huella de carbono de los trayectos presidenciales dedicados a la Copa del Mundo asciende por su parte a 480 toneladas del equivalente de CO2, es decir a 53 años de la huella de carbono de un francés medio”, detalla el medio.
Por otra parte, el presidente Macron no viajó solo con un avión a Qatar sino con dos. En todos los viajes largos esa es la modalidad. El Airbus despega acompañado de un "pequeño" Falcon 7X de apoyo. En el trayecto de regreso de la semifinal, ambos aviones hicieron escala en Bruselas, ya que Macron asistió al Congreso Europeo del 15 de diciembre. Del mismo modo volvió a partir hacia Doha el 17 de diciembre y de regreso a París, hizo primero escalas en Jordania y Egipto.
“En momentos en que el COP 15 concluye en Montreal, el simbolismo es desastroso”, sentencia Le Point. Además le critica que, como otros jefes de Estado, Emmanuel Macron estuvo ausente de ese encuentro decisivo para el futuro de la vida planetaria y la humanidad, mientras regala filípicas. “Debería estar en Montreal en vez de Qatar”, lo criticó una ONG que esperaba mayor participación de su parte.
Macron y las huellas de carbono
El lunes 19 concluyó el COP 15 en Montreal. La 15º Conferencia bienal de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad se desarrolló en esa ciudad canadiense entre el 7 y el 15 de diciembre. Luego del retraso que provocó la pandemia y con la presidencia de China, se acordó un plan de trabajo que pretende proteger el 33% de la masa terrestre y marítima del planeta para el 2030.
En el encuentro, se acordaron puntos esenciales para proteger los humedales, las selvas tropicales y detener la extinción de especies.
Se decretó que la biodiversidad debe estar enmarcada en un “uso sostenible”. Se acordó que las medicinas que provienen del reino vegetal se compartirán de manera equitativa y que se respeten los derechos de las comunidades aborígenes que habiten ciertas regiones valiosas en términos de biodiversidad. Se pactó invertir un máximo de US$ 20.000 millones anuales para el 2025 y US$ 30.000 millones anuales para el 2030 para poder cumplir con lo acordado en Montreal.
Esa inversión incluye aumentar la ayuda a los países en vías de desarrollo para la conservación de la biodiversidad biológica.
El Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) se adoptó en 1992 para garantizar la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica en el planeta.