Ante la perspectiva de la segunda ola de coronavirus en Argentina, el Gobierno nacional estudia la posibilidad de cerrar el Aeropuerto de Ezeiza para vuelos internacionales a partir de la segunda mitad de enero, con el objetivo de evitar el ingreso de nuevas cepas del virus COVID-19, que ya se detectaron en territorio nacional.
La decisión es una de las diversas medidas que se evalúan tras el crecimiento de contagios de las últimas semanas, en particular después de las fiestas, como el llamado "toque de queda sanitario". El propio presidente Alberto Fernández explicó cómo sería su aplicación: "Después de determinada hora no se puede circular por la calle y si las fuerzas de seguridad te ven te llevan a tu casa".
En paralelo, se esperan nuevas restricciones en la Costa Atlántica de la provincia de Buenos Aires y otros destinos turísticos, donde en los últimos días se vieron escenas de fiesta y aglomeraciones sin ningún tipo de medida preventiva. "Si tenemos que tomar medidas de restricción de circulación que son antipáticas, como lo hemos hecho todo el año pasado, lo vamos a hacer", admitió a su turno el jefe de Gabinete Santiago Cafiero.
En este escenario, la principal terminal aeroportuaria del país podría dejar de recibir vuelos internacionales en los próximos días. En los distintos niveles del sistema aeroportuario, incluida la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), ya se habla de un eventual cierre de todos los vuelos internacionales a partir del 15 de enero, según deslizaron diversas fuentes del sector a la agencia Noticias Argentinas.
Cómo sería la medida para frenar el coronavirus
La decisión podría confirmarse este viernes 8 de enero, día en el que vence el "cierre de fronteras", que prohibió la llegada de vuelos de países donde se detectó la nueva cepa de coronavirus, como el Reino Unido, Italia, Países Bajos, Australia y Dinamarca.
De concretarse la nueva medida, el cierre sería total solo para los vuelos internacionales. La idea es mantener los vuelos de cabotaje en plena temporada alta de turismo veraniego, pero no se descarta suspender los traslados entre provincias si la situación sanitaria empeora.
El eventual cierre total de fronteras atiende a dos motivos que preocupan a las autoridades: la circulación de la nueva forma de coronavirus, que empezó a detectarse en destinos con los que la Argentina mantiene vuelos -como Nueva York, que registró su primer caso el lunes- y el crecimiento de los contagios a nivel interno.
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La medida estuvo sobre la mesa en la reunión que mantuvieron la semana pasada el presidente Alberto Fernández, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Los tres tienen previsto volver a conversar entre el jueves y viernes para definir si se aplican o no nuevas restricciones, como el toque de queda nocturno.
Además, para esos días los equipos de la administración nacional, provincial y porteña contarían con un panorama más claro sobre la evolución de la curva de contagios tras los festejos de Navidad y Año Nuevo, dado que los contagios suelen detectarse hasta dos semanas después del contacto.
FF