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José Cibrián Campoy: “Se desculturizó el país por el éxito de Tinelli”

El director teatral participó del Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes de Periodismo de la Escuela de Comunicación. Por qué decidió innovar con “Infierno blanco”, su nueva obra. El problema del rating en la TV. Y la diferencia entre ser artista y ser actor.

Entrevista a Pepe Cibrian Campoy 20210715
Entrevista a Pepe Cibrian Campoy | Captura de pantalla

José Cibrián Campoy participó de una conferencia de prensa virtual organizada por estudiantes de Periodismo de la Escuela de Comunicación, en la que criticó el éxito televisivo en base al rating y tras haber renunciado a ser jurado de Cantando, cuestionó los programas conducidos por Marcelo Tinelli, “Sabemos que, en su momento, Tinelli tuvo mucho éxito y se desculturizó el país por el éxito de Tinelli”, aseguró.

En la semana de estreno de Infierno blanco, el director y productor teatral se refirió al cambio que propone en este nuevo trabajo, que trata sobre adicciones a las drogas y es un enfoque muy distinto al que venía presentando. “Sentía que el estilo de nuestras obras y nuestros temas ya estaban pasados de moda. Que si el Jorobado era Jorobado, o que si Drácula era Drácula. Me parecía que no me aportaba nada como hombre, como autor, como creativo. Una época que ya fue”, aseguró Cibirán Campoy en el Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación.

—¿Considera que el rating puede ser peligroso para el mundo del espectáculo, porque puede subir o bajar el pulgar a un artista?

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—El rating es una cosa que no existe, es una utopía, un juego de interés, además no sirve para nada. Hay dos mil personas que dicen que les gusta Juanito y a todo el mundo le gusta Juanito. No puede ser. Sabemos que, en su momento, Tinelli tuvo mucho éxito y se desculturizó el país por el éxito de Tinelli. Pero, en general, la gente ve lo que tiene ganas. No creo mucho en el rating, sinceramente. Creo en el comentario de la gente cuando vas por la calle y te dice que bueno el programa, que buena su obra, que interesante. Quiere decir que les interesa. En el teatro no hay mentira, van 33 hay 33 vendidas. Cuando el rating es 33, la televisión es una utopía.

—Dijo que se desculturizó el país por el éxito de Tinelli. ¿Cómo fue su experiencia cuando fue jurado de Cantando?

—A mi me habían hablado dos o tres veces y nunca estuve de acuerdo en hacerlo. Y esta vez, en esta oportunidad, tuve la fantasía de que iba a ser distinto, pensé que iba a ser como los programas españoles o norteamericanos, en los que cantan y todos son simpáticos y canta el gordito bien y el alto también, y la chica de doce años es un prodigio. Y acá pensé que iba a ser lo mismo. No fue así, nada que ver con eso, entonces en la primera oportunidad que tuve, me fui. 

—¿A quién admira y a quién denosta?

—Guauuu… Admiro profundamente a mis padres… Y denostó a Tinelli, supongo. 

—Con 56 obras estrenadas, ¿cómo vivió el estreno de Infierno blanco en medio de la pandemia?

—La sensación con Infierno Blanco es la misma que tengo con todas. Me siento muy principiante, me trae muchísimos nervios, no me la creo, pienso que es un milagro. Y siempre pienso si vendrá alguien a verme, si funcionara. Esas son mis grandes intrigas personales y, sobre todo, esos nervios como la primera vez.

Pepito Cibrian Campoy Een el Ciclo de Entrevista

—Sus musicales siempre han girado sobre temas agradables, tonos cálidos. ¿Por qué se interesó ahora en un tema como la adicción a las drogas para esta nueva obra?

—Hace como cinco años, le dije a un compañero con el que yo trabajaba, que sentía que el estilo de nuestras obras y nuestros temas ya estaban pasados de moda. Que si el Jorobado era Jorobado, o que si Drácula era Drácula. Me parecía que no me aportaba nada como hombre, como autor, como creativo. Una época que ya fue. Entonces, le propuse que investigáramos en lo que pasaba hoy. Él no estuvo muy de acuerdo y nos separamos. Luego vino la pandemia y comencé a escribir esto porque, lamentablemente, tengo gente muy cercana que lo vive y a la cual yo he tratado de ayudar. He logrado, con amor y compresión, que puedan ir saliendo porque el adicto siempre es adicto. Como yo nunca he consumido nada, descubrí tantas cosas al estar tan involucrado con mis seres queridos, que pensé que era algo ideal para escribir una obra que no sea panfletaria. Es muy dura, más que nada porque habla del enfermo. Aunque, el dealer es el protagonista que enfrenta a su propia crucifixión, es un personaje muy cruel que se enamora de este otro hombre, que es todo lo contrario. Y que cae en las redes, no de la droga, pero sí del amor. Ahí está el conflicto.

—¿Volcaría su posición política en sus obras?

—No, sinceramente, yo no soy un autor comprometido desde ese lugar. Siempre una obra, es un compromiso ético, estético y lógico. Me refiero a una obra que no es de una tontería de una comedia frívola. Yo creo que en mis obras hay un compromiso político, por supuesto que lo hay, sí que lo hay. Te diría que escribí Calígula, en el año 83, que tiene una clara alusión en contra de la dictadura que estábamos viviendo. Era algo muy asumido, muy pensado y muy comprometido. 

—¿Qué piensa de las nuevas generaciones de artistas que empiezan a mostrar su trabajo en TikTok o en YouTube?

Pienso que todas las cosas que surgen y funcionan de esa manera tan brutal, tan fantásticamente brutal, por algo será. Yo no entiendo mucho, no sé comunicarme con todos esos jóvenes que hacen esas cosas, pero no me pongo en un lugar frívolo, no creo que es una boludez. Estoy convencido que todos estos chicos que hoy hacen eso como experimento, el día de mañana van hacer un camino más teatral. Porque el teatro no se puede morir con YouTube.

—¿Qué significa ser un artista?

—Artista significa ser un profesional. Un profesional es aquel que profesa un acto de fe, ese es un artista, el otro es un actor. Un actor es una cosa, ser artista es otra. Yo creo que es más elevado ser artista, qué ser simplemente actor.

–¿Es feliz? ¿Le queda algún sueño por cumplir?

Soy feliz, de a ratos. Soy muy melancólico, soy feliz cuando llueve mucho y cuando escucho truenos. Ahí soy plenamente feliz estando en casa.

–¿A qué le tiene miedo?

–Al paso del tiempo. No a la vejez ni a la muerte. Al rápido paso del tiempo. Mucho miedo le tengo.

 –Agradecemos mucho su participación en el Ciclo de Entrevistas de Perfil Educación y lo invitamos a realizar un comentario final para cerrar el reportaje

–Los envidio, profundamente, porque yo nunca he sido estudiante, yo siempre he sido, entre comillas, un maestro. Porque desde muy joven me dediqué a dirigir y un director debe ser un maestro. Pero muchas veces le digo a mis actores que están escuchándome desde una silla y ellos están en el suelo, les digo: “Por favor, sentate en esta silla y déjame en el suelo”. Porque es maravilloso eso. Pero, después, tenés que volver a la silla. Muchas gracias por la posibilidad de hablar con ustedes y si algún día podemos hacerlo en forma presencial en la Escuela, cuenten comingo. 

Por Yanina Passarello, Nadia Brizuela y Mariana Rios Ortega 
Estudiantes de Periodismo de Perfil Educaión
Escuela de Comunicación