El presidente estadounidense, Donald Trump, suele generalizar cuando habla de las masivas deportaciones de extranjeros, señalando que "son todos delincuentes y criminales". Sin embargo, esos procedimientos son sumarios, muchas veces sin respetar normas legales, y este jueves se conoció el primer caso de un deportado venezolano que demanda al gobierno de Trump por "abuso físico y mental", reclamando una indemnización de US 1,3 millones.
León Rengel fue enviado desde Estados Unidos al temible Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) de El Salvador. "Nos llevaron engañados, nos dijeron que nos enviaban de regreso a Venezuela y nos pusieron en un avión a El Salvador sin que pudieramos ni ver por las ventanillas, nos enteramos allá donde estábamos, nuestras familias sufriendo sin saber nada, y en mi caso me detuvieron sin permitirme defenderme, yo tenía residencia temporal y cita migratoria programada para 2028. Incluso hubo un fallo de un tribunal ordenando al gobierno de Trump que no me deportaran, y lo ignoraron", señaló Rengel, que patrocinado por abogados estadounidenses.
Rengel, un barbero de 27 años, fue uno de los 252 migrantes venezolanos que habían sido enviados en marzo al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), de El Salvador, la brutal prisión de la muchas veces presume en sus discursos el presidente Nayib Bukele. Para deportarlo, el gobierno de Trump invocó una Ley de enemigos extranjeros del siglo XVIII, señalando que los venezolanos que había expulsado "eran pandilleros del Tren de Aragua". Fue liberado el 18 de julio como parte de un canje entre Venezuela y Estados Unidos, y ya está de nuevo en Caracas.
Rengel quiere que su récord criminal quede limpio, pero también "algún otro tipo de compensación en dinero".
El Democracy Defenders Fund (DDF) y la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos introdujo a su nombre una reclamación administrativa contra el Departamento de Seguridad Interior (DHS), el primer paso para una demanda al gobierno de Trump.
"Vamos a llevar el caso directamente hacia un juez para hacer la demanda contra el presidente Donald Trump y todo su núcleo de trabajo", dijo Rengel a la AFP en su casa en Venezuela. "Todo este tiempo que no supimos de nuestra familia, ¿quién nos lo paga? ¿Cómo hacemos nosotros para todo lo que teníamos, que perdimos? ¿Cómo lo recuperamos?".
Rengel quiere que su récord criminal quede limpio, pero también "algún otro tipo de compensación en dinero".

"Lo que nos hicieron fue terrible, quiero que lo paguen porque fue algo que no era justo", insistió. "Además de lo que pasamos, el sufrimiento de mi madre y mi hija que viven en Venezuela, que ni siquiera sabían donde estaba...", agregó Rengel, indicando que si el gobierno estadounidense "hubiera investigado a cada una de las personas que deportó, entonces no nos hubieran mandado a esa prisión de El Salvador".
León Rengel indicó además que muchos de sus compañeros de confinamiento en el Cecot "piensan sumarse a esta acción legal".
"Nos trataron como animales"
Agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) detuvieron a Rengel el 13 de marzo, el día de su cumpleaños, en el estacionamiento de su apartamento en Irving, Texas (sur). El venezolano presentó documentación que demostraba que tenía estatus de residencia temporal y una cita migratoria programada para 2028, pero los agentes no prestaron atención a sus reclamos, solo consideraron que "sus tatuajes eran una prueba de que pertenecía al Tren de Aragua".
"No soy miembro de esa pandilla", insistieron Rengel junto a sus abogados, que calificaron su detención de "incorrecta y negligente, sin causa o debido proceso".
"Le mintieron, diciéndole que lo enviarían a su país cuando en realidad durante más de cuatro meses, Rengel estuvo confinado en El Salvador, donde sufrió abuso físico, verbal y psicológico", se destaca en la demanda.
"Uno no podía hablar, reírse o hacer nada dentro de la celda porque todo era golpe, grito", dijo Rengel. "Nos trataban como animales, no es justo todo eso que nos hicieron, y ahora quieran lavarse las manos como que si no hubiera pasado nada", agregó el joven venezolano.
La demanda destaca que tanto en su detención como en el Cecot sufrió abusos y golpes "en el pecho y estómago con puños y porras".

Por más de un mes, la familia de Rengel familia desconoció su paradero, precisó el texto de sus abogados. León Rengel además formaba parte de un grupo de venezolanos "que un tribunal federal ordenó al gobierno que no deportara o que regresara si estaban en tránsito, una orden que fue ignorada", según la reclamación.
El hermano y la pareja de Rengel aún están en Estados Unidos. "No tienes que ser un erudito constitucional para que el caso Rengel active alarmas", afirmó Norm Eisen, presidente de Democracy Defenders Fund, en un comunicado.
"Si eres un estadounidense que cree en la justicia, este caso debería ser impactante. Detener y hacer desaparecer a alguien sin causa ni acceso a recursos legales es ilegal y abominable", agregó.
El gobierno venezolano ha dicho que solo siete de los 252 venezolanos retornados tenía antecedentes penales. Migrantes entrevistados por la AFP calculan que son más, unos 40. "Me va a marcar para toda la vida que me señalen como un delincuente, algo que no soy", sentenció León Rengel.
AFP/HB