Luego del espantoso asesinato de Mariano Barbieri en Palermo para robarle el celular en un hecho que conmocionó a la opinión pública hace menos de un mes, este domingo un nuevo episodio de inseguridad en la zona tuvo como víctima a un diplomático de la Embajada de Turquía, que fue atacado por motochorros para robarle la camioneta.
Ocurrió en la esquina de Soldado de la Independencia y Gorostiaga, una zona en la que los motochorros se aventuraron pese a que puede considerarse como "muy segura", ya que a pocos metros se encuentra la sede de otra representación extranjera, la Embajada de Alemania.
Lo cierto es que al funcionario turco los ladrones le apuntaron con sus armas y lo obligaron a descender violentamente de una camioneta Volkswagen T Cross. Uno de los asaltantes escapó al volante del vehículo y su compañero lo siguió con la moto en la que habían llegado. El llamado urgente a la Policía disparó un operativo casi inmediato, y el primer móvil que dio con los ladrones los ubicó escapando por Libertador y Sarmiento, en la rotonda del Monumento a los Españoles, desde donde los persiguieron hasta Gelly y Salguero.
Como cruel paradoja, para seguir vinculando el caso con la muerte de Mariano Barbieri, basta destacar que en esas cuadras de persecución a toda velocidad, la camioneta robada y los policías pasaron al lado de Plaza Sicilia, justamente el lugar en que fue herido de muerte el ingeniero a fines del mes pasado, lugar desde el que alcanzó a llegar a una heladería en Libertador y Lafinur, falleciendo poco después.
En Gelly, los policías alcanzaron a los ladrones, y al interceptar a la camioneta, esta terminó chocando contra un vehículo estacionado. Allí uno de los policías le disparó al ladrón que conducía la VW T Cross, que murió en el lugar y cuya identidad todavía se desconoce. Solo trascendió que "tendría alrededor de 30 años".
El shockeante suceso quedó en la órbita del Juzgado Criminal 25, cargo del doctor Guillermo Robet.
El refuerzo de seguridad en Palermo
Luego del crimen de Mariano Barbieri, que le costó el puesto al ministro de Seguridad porteño Eugenio Burzaco, que estaba en Nueva York y fue fotografiado en un partido de tenis al momento del asesinato, Horacio Rodríguez Larreta ubicó en ese lugar a Gustavo Coria, quien apenas asumió anunció un importante refuerzo en la vigilancia de la zona del Rosedal y todo el mapa de Palermo, ante la impresionante seguidilla de casos de inseguridad que la muerte de Barbieri solo había hecho eclosionar.
Coria, junto a Gabriel Berard, jefe de la Policía porteña, y el subjefe, Pedro Carnero, definieron entonces un "redespliegue estratégico de las fuerzas sobre las zonas más complejas, y el episodio de este domingo fue diametralmente opuesta a la del caso Barbieri, cuando el asesino escapó caminando del lugar y fue detenido días después. Coria, cercano a Diego Santilli, señaló que quiere que “la policía salga a la calle y que se la vea”. En este marco, terminó con los retenes que había impuesto Burzaco y dispuso que se vuelva al patrullaje en motos y autos.
HB